Francia

Archive - agosto 2010

Abadía de San Víctor de Marsella

Estando de visita en Marsella un sitio imperdible para conocer y admirar es la Abadia de San Victor, sitio que fuera incluido en 1997 como parte de los Monumentos Históricos de Francia.

Esta Abadía fue fundada en el siglo V y se encuentra muy cerca de las famosas tumbas de los mártires de Marsella, habiendo tomado el nombre precisamente de uno de ellos San Victor de Marsella y que según cuenta la historia,  en el  interior de este magnífico edificio se encuentran aún hoy algunas pertenencias del Santo.

La Abadía de San Víctor de Marsella es visitada cada año por miles de personas que además de llegar hasta aquí por su fe, cada 2 de febrero cuando se realiza la procesión por las festividades de la Candelaria, se acercan también para disfrutar de todo el valor histórico y arquitectónico que este edificio posee.

Se le ha atribuido la fundación de esta Abadía a Saint Jean Cassien un personaje ilustre que comenzó su vida monástica precisamente en la ciudad de Marsella.

La Abadía fue testigo y protagonista de gran cantidad de acontecimiento históricos algunos conocidos y otros que se transformaron en largos períodos en que no existen registros de lo sucedido en ella.

La edificación ha tenido a lo largo de los siglos numerosas restauraciones para reparar daños que sufriera por el paso del tiempo, rescatándose la iglesia principal, la torre de Isarn la más bonita y algunos muros.

La cripta conserva vestigios de la evidencia arqueológica de la presencia de los griegos y de la ciudad que allí existía sobre la cual se construyo la Abadía, que en diferentes etapas de su historia fue utilizada como depósito de forraje, una cárcel y un cuartel.

Tanto la Abadía como las criptas y la iglesia pueden ser visitadas a diario desde las 8.00 hasta las 18.00, imperdible para los amantes de la arquitectura, el arte y la historia.

Foto: Fuente Camoin

Isla de Porquerolles

La Costa Azul presenta lugares y paisajes maravillosos, entre ellos,  en la región de Provenza se encuentra la bella Isla de Porquerolles, una zona que se encuentra protegida y ha sido declarada Parque Natural, conservando así toda su innata belleza.

Al estar protegida por leyes que impiden acampar o acceder con vehículos de motor se ha logrado mantener la isla como un pacífico sitio donde abundan la tranquilidad y los bellos paisajes.

Cuenta la historia,  que esta isla fue en un comienzo el regalo de bodas de un industrial rico a su prometida, con el tiempo el estado se quedó con la isla y construyó fuertes como defensa contra los invasores. Hoy en día,  es posible visitar el Fort Sainte Agathe y el Répentance, lo que dará una visión de cómo era la isla en la antigüedad.

El poblado de Porquerolles, vive prácticamente del turismo, tiene un promedio de 300 habitantes fijos hasta que llega la época cálida y los turistas arriban al lugar en barco, teniendo en cuenta que  no están permitidos los automóviles.

Ya en la isla,  pueden alquilarse bicicletas para movilizarse o hacerlo a pie disfrutando de sus bellos paisajes formados por pinos, viñedos y playas excelentes de aguas totalmente cristalinas que se mezclan con sus blancas arenas, ideales para practicar snorkel.

La mayor parte de la actividad de Porquerolles tiene lugar alrededor de su puerto y de la Plaza de Armas con su pequeña y bonita iglesia Sainte-Anne y el Fort Sainte Agathe al que se llega subiendo por estrechas y empedradas callejuelas, lo que nos permite disfrutar de una vista magnífica del archipiélago.

Edificado en el siglo XIX su arquitectura colonial se caracteriza por sus típicas casas de la época y una plaza de forma cuadrada rodeada de centenarios árboles.

Un paraíso de tranquilidad y belleza para dejar de lado por unos días el bullicio de la gran ciudad, bonitos paisajes y gente hospitalaria hacen de la estadía un tiempo inolvidable.

Foto: Fuente Picasa Web

Aix-en-Provence

Aix-en-Provence es una ciudad histórica llena de encanto, fue la capital de la región de Provenza y hoy es parte de Provenza- Alpes-Costa Azul.

Situada al sur de Francia y muy cerca de Aviñón, esta ciudad es un destino lleno de encanto y belleza, sobre todo para quienes son amantes de la arquitectura y la historia, una ciudad excelente para pasear y disfrutar cada uno de sus rincones.

Sus bellos paisajes campestres han encantado a varios artistas,  entre ellos al famoso Paul Cézanne que pintó varias de sus famosas obras teniendo como inspiración este bello lugar.

Además, Aix-en-Provence se encuentra en el centro de una región turística por naturaleza y una de las más ricas de Europa, siendo el punto de partida para conocer Provenza. Todo el año es magnífico para visitarla,  en temporada alta o en primavera y ni que decir en la navidad donde todo se transforma asemejando una postal.

Gran cantidad de museos adornan la ciudad como el Granet, donde excepcionales collecciones de pintura, arquieología y escultura brindan a sus visitantes un espectáculo incomparable, además de una cercanía única con el arte de grandes figuras como Picasso, Paul Klee, Giacometti y nueve espléndidos cuadros de Cézanne.

Ya en el Museo de los Tapices una muestra de estas piezas pertenecientes a los siglos XVII y XVII y acompañados de mobiliario perteneciente a los cuartos de gala de los arzobispos, hará las delicias de quien gusta de estos estio de arte.

En el Museo de Historia Natural con estupendas colecciones de huesos de dinosaurios de más de 65 millones de años, completando la muestra insectos y plantas típicos de la región. El Museo del Aix Antiguo donde pueden descubrise tradiciones populares de este pueblo y las hermosas marionetas articuladas hechas de madera.

Las ruinas de la capital de los saluvios se encuentra al norte de Aix en Provence, se trata de una antigua población que era la mezcla de indígenas ligur con inmigrantes celtas. El Ecomuseo del Bosque Mediterráneo es imperdible con un parque forestal de trece hectáreas.

Pueden realizarse también excursiones a pie o en bicicleta para recorrer y conocer esta hermosa región su flora y su fauna, o quizáz hcerse una escapada a las Termas Sextius,  un excelente sitio para relajarse y disfrutar poniendose en forma con tratamientos de belleza y salud

La gastronomía y los vinos de la región son exquisitos, siendo un placer para el paladar, vinos del viñedo de Coteaux d’Aix en Provence, donde además de realizar una visita guiada para aprender las antiguas y las nuevas técnicas de fabricación, puede comprarse una botella para disfrutar de un exquisito platillo de esta cocina sencilla, deliciosa y colorida y colmada de aromas de orégano, romero y tomillo que realzan una estupenda carne de cordero, o los quesos de cabra y una infinidad de vegetales frescos.

Recorrer la ciudad y caminar por la avenida Cours Mirabeau un referencia ineludible de esta ciudad, que tienen tanto para ofrecer a sus visitantes que el tiempo pasará de prisa con tanta diversidad de actividades para realizar.

La isla de Aix

Al sur de la ciudad de Rochelle se encuentra la maravillosa isla de Aix, un lugar para visitar y quizás quedarse el fin de semana, teniendo en cuenta que por su tamaño podemos recorrerla en un día o tal vez dos.

Se la conoce también con el nombre de Isla Dais o Isla de Ay y sólo tiene 2 kilómetros de extensión,  pudiéndose acceder a ella utilizando el ferry desde Puerto Pointe de la Fumée y tambén puede llegarse a la isla desde Rochelle y Oléron.

Una pequeña isla llena de naturaleza e historia que hacen una combinación perfecta de un destino encantador y romántico.

La isla de Aix fue mandada a fortificar por Vauban y protegida tiempo después por Napoleón, también tuvo como destino el ser la prisión de los que eran enemigos declarados de la Revolución Francesa y el mismo uso se le dio en la Primera Guerra Mundial.

Pasando esos momentos de fortificación y cárcel el lugar se destacó siempre por sus bellas casas entre ellas la que Napoleón hizo construir y donde pasó unos días mientras planificaba su huida a América, plan que nunca llegó a concretarse. En la residencia funciona en la actualidad un museo dedicado a su memoria.

La bonita iglesia de San Martín y la cripta fueron restauradas en 1970 y se encuentran abiertas al público diariamente.

Para los enamorados que vienen a pasar aquí un fin de semana, existe  la posibilidad de recorrer la isla en un carruaje tirado por caballos, un paseo romántico y divertido a la vez, sobre todo teniendo en cuenta que la isla es muy tranquila ya que no está permitido que circulen autos.

También, en  los alrededores de la isla existen paseos interesantes como visitar el Fort Boyard, el Fort Enet que se encuentran a poca distancia, así como otras islas muy conocidas como la de y Oléron, realizando así una ruta completa que vale la pena recorrer.

Imperdible, esta pequeña y bonita isla de Francia, donde en una escapada de un par de días se puede disfrutar de la naturaleza, el  romanticismo y hermosos paisajes.

Montmartre, Paris

Montmartre es un bello barrio de París que fue construido sobre una colina de 130 metros de altura al norte de la capital y a la orilla derecha sel Sena, siendo uno de los sitios que más visitas recibe al año.

Famoso por ser el lugar que eligieron artistas y pintores para vivir, albergó en diferentes épocas figuras como Pissarro, Van Gogh, Modigliani, Steinlen y Picasso entre otros. Fueron creadas en la época asociaciones artísticas como Los Incoherents y Les Nabis y muchos de estos famosos artistas dieron vida allí a varias de sus obras maestras.

Se dice que el último de los grandes artistas bohemios que allí habitó fue Gen Paul. Una construcción de madera en la mitad de la colina llamada Bateau Lavoir fue la que dio origen al cubismo y en ella trabajaron entre otros famosos Braque y Picasso

Ya en  la cima de la Colína puede divisarse la magnífica cúpula blanca de la Basílica del Sacré Coeur.

Hoy se ha transformado en un barrio más comercial donde se han instalado cafés como el des 2 Moulins, restaurantes y cabarets como el legendario Moulin Rouge y el Lapin Agile y también se encuentra allí el conocido cementerio de Montmartre.

Sin embargo,  el arte sigue estando allí a través de sus obras y museos como el de Montmartre donde pueden admirarse obras de muchos de los artistas que habitaron el lugar, situado en el corazón de este antiguo barrio, la casa donde se encuentra lleva por nombre  Casa de Rosimond, conservando el aspecto pintoresco de las viviendas campesinas del siglo XVII.  El museo tiene un encanto muy especial con colecciones de arqueología, historia, literatura y porcelanas, además de documentos y obras de artistas de renombre como Renoir, Valadon, Utrillo, Bloy y Dufy.

Al visitar este pintoresco y enigmático lugar,  caminando sus estrechas calles empedradas,  pueden verse algunas curiosidades como los molinos de viento y hasta un viñedo. Y si dejamos volar nuestra imaginación podremos volver en el tiempo a través de sus monumentos y artistas,  que aún hoy ofrecen su arte callejero a través de retratos hechos a los turistas que buscan llevar un recuerdo.

Ya en la zona más baja en las plazas Blanche y Pigalle puede sentirse un ambiente distintos una zona de espectáculos y diversión garantizada, con todo tipo de diversión como cines, conciertos y teatros y con el antiguo Moulin Rouge que se encuentra allí desde 1889 donde las funciones atraen al público por su colorido y montaje excelente.

Una ciudad para disfrutar a pleno, imperdible de visitar estando en París.

Foto: Fuente Paris album

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