Francia

Archive - enero 2011

Esquiar en Chamonix

El invierno y la nieve son sinónimos de deportes como el tradicional esquí y Francia es uno de los destinos más tradicionales y con encanto donde además de practicar este deporte fantástico se puede disfrutar de los bellos paisajes de las regiones donde se encuentran los centros de esquí más renombrados del país.

Francia nos ofrece excelentes opciones para disfrutar tanto del esquí como de otros deportes de nieve tal el caso del snowboard, que está muy de moda en la actualidad.

Uno de los mejores destinos para esquiar en Francia es sin lugar a dudas Chamonix una población ubicada en la región de Ródano Alpes, siendo uno de sus mayores atractivos el encontrarse precisamente a los pies del majestuoso Mont Blanc.

Este fue el sitio donde se celebraron los primero Juegos Olímpicos en 1924, evento que tornó este poblado conocido y el elegido por los esquiadores tanto por sus excelentes pistas como también por su infraestructura excelente.

La estación de esquí de Chamonix posee pistas para todos los niveles y con los paisajes más variados, desde colosales pendientes hasta pistas para debutantes.

Se extiende por tres zonas bien delimitadas,  Brévent que se encuentra frente a la cadena del Mont -Blanc, les Grands Montets en la parte norte, famosa por ser un terreno más complicado y de pistas largas y la estación de Balme, que se localiza justo en la cumbre del valle.

Catalogadas como las mejores pistas negras de Francia, Chamonix es un destino turístico de montaña magnífico y para quienes van a finales de enero podrán disfrutar de ver a los mejores esquiadores a nivel mundial que intentan superar la llamada Pista Verde que forma parte de las etapas de la Copa del Mundo del Arlberg Kandahar.

Existen además, otras varias actividades que pueden desarrollarse por aquí como escalada y alpinismo, bicicleta de montaña, senderismo y divertidas excursiones con raquetas.

De día pueden hacerse entretenidos paseos por su centro peatonal y por la noche disfrutar de una velada por demás animada.

Abadía de Beauport

La región de Bretaña nos brinda también, al igual que otras zonas de Francia, la posibilidad de conocer y disfrutar de la visita a antiguos edificios tanto civiles como religiosos, siendo las abadías parte importante de los paisajes con aires medievales que nos llevan en un viaje hacia el pasado.

Así, llegamos hasta la comuna francesa de Paimpol que pertenece al departamento de Côtes-d’Armor, para conocer la Abadía de Beauport, lugar que fuera en el pasado uno de los sitios de los cuales partían los peregrinos que hacían el Camino de Santiago.

Fundada en 1202, la Abadía de Beauport tiene una extensa historia, sus primeros habitantes fueron llamados por el Conde Goëlo. Así,  monjes de la Orden de los premonstratenses que se encontraban en la Abadía de La Lucerna viajaron para residir en esta nueva abadía.

Estos monjes pertenecían a la Diócesis de Avranches en Normandía, y su orden se encontraba fundada desde el año 1120. Un abad general la comandaba con mano rígida siendo su misión la de atender las distintas iglesias parroquiales.

Dado que en esa época para la fundación de una abadía era necesario dinero y tierras para levantar el monasterio, hacer las huertas y formar los bosques, el Conde de Goëlo les dio a los premonstratenses tierras que se encontraban en la desembocadura del arroyo de Correc y en otra región próxima más pantanosa llamada El Prado de las Ocas.

Fue así que construyeron en el lugar los edificios que formarían la abadía, dieron cobertura a los párrocos de las iglesias vecinas y todo su trabajo era supervisado desde Roma.

Pasado un tiempo de la construcción de la Abadía de Beauport, desde Roma se dio la orden para que los integrantes de la misma fueran sólo monjes que hablaran la lengua bretona, que era la utilizada en esa región, directiva ésta que fue cumplida.

La abadía fue muy próspera hasta fines del siglo XVII cuando comenzó a declinar su fortuna, siendo clausurada totalmente en 1790, luego de la Revolución Francesa

A partir de 1862 la abadía recibió protección estatal al ser declarada como Monumento Histórico y en el año 1992 pasó a formar parte de las propiedades del organismo que se encargaba de la preservación de toda la región litoral bretona.

Desde ese momento se realizaron importantes obras de restauración y se convirtió el hermoso edificio de esta antigua abadía en uno de los centros más importantes de Bretaña, siendo en la actualidad un edificio que no puede dejarse de visitarse en la región de Bretaña.

Foto: Fuente Xelu

Saumur, su castillo y bellos edificios

Cuando se hace un recorrido por Loira siempre aparece una nueva ciudad o villa que es posible recorrer, encontrando en ella algo de su pasado que despierte nuestro interés.

La ciudad de Saumur famosa por su castillo y sus vinos además de poseer una de las mejores escuelas de equitación de la región, nos recibe para brindarnos un magnífico paseo conociéndola.

Fundad en el siglo IX adquirió notoriedad cuando el Conde de Blois, le otorgó fama y notoriedad al construir tanto una parte de las murallas como el bello castillo.

Posteriormente fueron los Duques de Anjou quienes hicieron construir nuevos edificios haciendo así mejorar su crecimiento, el cual se afianzó aún más con la fundación de la Escuela de Cabellería y el el Cadre Noir  la escuela clásica de equitación del ejercito.

El Castillo de Saumur se encuentra abierto al público y desde él puede verse toda la ciudad, ideal para quienes deseen sacar fotografías desde una panorámica excelente.

Las calles de la ciudad son una invitación a recorrerlas al igual que visitar sus bonitas plazas. Podremos ver por ejemplo la casa donde vivió Balzac, el edificio del Ayuntamiento que luce en su puerta principal la piedra que perteneció a la Bastilla.

Una recorrida por la Iglesia de San Pedro que guarda en su interior una magnífica obra de Rubens y otra de Murillo.

En toda la ciudad podremos disfrutar de la arquitectura de sus elegantes residencias y edificios que marcan toda una época, con el marco pintoresco de caballeros que sus caballos pasean por la ciudad o quizás hacer una visita a alguno de los trece hipódromos con que cuenta Saumur.

Muy cercanos a la ciudad se encuentran los castillos de Brissac, y el de Montreuil Bellay, como también la abadía de Fontevraud y la hermosa iglesia de Notre Dame de Nantilly.

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