Francia

Archive - julio 2010

Montréjeau, un bello lugar de Francia

Entre Toullouse y Lourdes se encuentra Montréjeau una bella ciudad con diversidad de lugares interesantes para conocer y disfrutar.

Este poblado se encuentra muy cerca de las estaciones de esquí de la cordillera de los Pirineos lo que da  la posibilidad de hacerse también una escapada hasta allí y gozar de la nieve.

Su excelente clima templado que suele mantenerse así durante casi todas las estaciones nos da la posibilidad de viajar a Montréjeau en cualquier épocadel año.

Entre los lugares para visitar en Montréjeau se encuentran: el hermoso Castillo de Valmirande, La Gruta de Gargas, la fascinante ruta de los puertos y los lagos y Saint Bertrans de Comminges.

También son dignos de visitar los balnearios de aguas termales y el Valle de Arán español.

En el casco histórico podremos caminar por sus calles de trazado netamente perpendicular y hallaremos la antigua bastilla construida en 1272, la hermosa iglesia de Saint Jean Baptiste que fuera levantada entre los siglos XIII y XV destacándose en ella su magnífica bóveda, el amplio campanario de forma octogonal y sus órganos.

Cerca de allí la capilla de Saint Jean des Vignes de Saint Plancard que es conocida por el crismón que se encuentra expuesto en su interior.

La gastronomía del lugar conserva intactas las recetas de platos tradicionales reservando al viajero la posibilidad de desgustar deliciosas preparaciones.

Muy cerca de la ciudad de Montrejéau vale la pena visitar la antigua Villa llamada Illa Galo-romana de Montmaurin que fuera levantada a mediados del siglo I de nuestra era y se desarrolló hasta el año 350, siendo remodelada varias veces a lo largo de los siglos III y IV. De ella aún hoy pueden verse algunas partes del templo, viviendas, variados patios y los restos de un vestíbulo.

El poblado de Montrejéau se encuentra ubicado en un punto estratégico que permite visitar otros lugares también encantadores y que se encuentran muy próximos.

Foto: Fuente Flickr

Eguisheim

El territorio de Alsacia nos deleita con sus hermosos paisajes llenos de belleza  e historia, siendo el pequeño pueblo de Eguisheim  un claro exponente de ella.

Este bonito poblado se encuentra en el Alto Rin e integra la famosa Ruta de los Vinos de Francia.

Típicas casas coloridas, con entramados de madera y balcones cubiertos de flores se levantan en torno a los restos del Castillo del Siglo VIII, conservando la ciudad su antigua estructura de defensa, representada por las casas construidas formando un círculo que hacían de muralla para el cuidado del poblado en caso de ataques externos.

La iglesia de Saint-Pierre et Saint-Paul es relativamente moderna ya que fue levantada en el siglo XIX conservándose los restos de la antigua iglesia románica del siglo XII.

Lamentablemente el castillo se encuentra en ruinas sin embargo en su solar se puede ver un pequeño templo que recuerda al Papa San León IX, personaje destacado de esta ciudad nacido aquí en el año 1002.

Antiguas edificaciones tradicionales muy bien conservadas le dan un toque diferente al lugar,  que junto con sus hermosas fuentes de diversas épocas históricas, el parque de cigüeñas y el camping municipal, hacen de esta ciudad un lugar ideal para disfrutar y conocer su extensa historia.

Existe en la zona una ruta turística especialmente establecida que recorre varios fuertes que se encuentran en el área comenzando por Eguisheim y siguiendo por Weckmund, Wahlenbourg y Dagsbourg llegando al castillo de Hohlansdbourg que data del siglo XIII, el recorrido continua hasta terminar en el fuerte de Pflixbourg.

Existe una excelente infraestructura en cuanto a alojamiento y restaurantes, por lo que puede optarse por pasar unos días en esta ciudad y recorrer los alrededores, disfrutando además de su exquisita gastronomía acompañada por los deliciosos vinos alsacianos.

Eguisheim es un sitio encantador que transporta al viajero hacia el típico y pintoresco ambiente medieval.

Cahors, la leyenda del Puente Valentré

Cerca del bonito poblado medieval de Cahors, el Puente Valentré es la atracción del lugar y también  famoso en toda Francia por tratarse del único puente fortificado que se encuentra conservado de forma excelente como ningún otro puente medieval en toda Europa.

Construido en 1308, llevó más de cincuenta años terminar de levantarlo, siendo su función la de proteger la ciudad contra sus enemigos del sur.

Llegar y permanecer en el Puente Valentré es como hacer un viaje a la Edad Media, con una fantástica vista tanto del río como del pueblo de Cahors.

Tres inmensas torres fortificadas de forma cuadrada y que alcanzan una altura de 40 metros sobre el nivel del río, lo hacían infranqueable en la antiguedad.

Además,  posee seis arcos que se conservan impecables hasta hoy y cuya característica sobresaliente son las agudas puntas perfectamente alineadas.

Debajo de este puente suelen verse las embarcaciones surcando el caudaloso río Lot, llevando turistas a una excursión por toda la zona, siendo parada obligatoria este famoso monumento.

Como muchos edificios y construcciones que datan de tan antiguo, el Puente Valentré también está rondado por viejas leyendas y muchas de ellas todavía hoy suelen contarse en Cahors.

Una de esas leyendas relata que como el puente  tardó tantos años en ser construido el arquitecto encargado de la obra, cansado ya de tanto atraso en su terminación, hizo un pacto con el diablo prometiendo que le entregaría su alma a cambio que el puente quedase terminado en poco tiempo.

Fue así, que según cuenta la leyenda,  el diablo accedió al pedido y el puente quedó terminado en forma muy rápida. Para salvar su alma el arquitecto hizo una apuesta con el diablo, diciéndole que él no podría ir por agua hasta la Fuente de los Cartujos y traerla para los obreros que trabajaron en el puente y saciar su sed.

El diablo perdió  la apuesta y en venganza cada noche regresa al puente y le quita una piedra a la torre central, que lleva precisamente el nombre Torre del Diablo, por lo que cada día debe colocarse una nueva piedra en lugar de la que el diablo le quita.

Mas allá de las leyendas, que siempre le dan un aire de misterio a estos lugares,  es muy bonito visitarlo así como toda la zona que lo rodea donde existen diversos merenderos estratégicamente construidos para poder admirar esta construcción y el bello marco que la rodea.

El Puente de Valentré, emblema del poblado de Cahors, ha sido declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, tanto por su importancia como por su innegable valor histórico, siendo el retrato vivo de como se edificaban en la era medieval las defensas de los pueblos en Francia.

Foto: Fuente Auxchardonnerets

Cahors, ciudad para disfrutar

Situada en el departamento de Lot en la región de los Pirineos Medios, Cahors es una bonita y pintoresca ciudad que puede complacer los más diversos gustos de quienes la visitan, ya que en ella encontrarán arte y cultura, monumentos antiguos, historia y una gastronomía inigualable, que nos permitirá descubrir delicias como la trufa y el vino negro.

Cahors, es una ciudad pequeña y se encuentra rodeada en tres de sus lados por el río Lot y el monumento con mayor fama de la ciudad es el Puente Medieval Valentré, con seis arcos y tres torres, que tenía como misión en la antiguedad defender la ciudad de sus enemigos, encontrándose en la actualidad abierto sólo para peatones.

Su barrio medieval nos invita a recorrer sus estrechas calles y escondidos rincones donde parecen existir infinidad de misterios muy bien guardados. La Catedral de St-Étienne de estilo oriental es poseedora de las cúpulas más grandes de toda Francia.

Sus actividades culturales son múltiples y en los meses de verano se realizan variados festivales y  fiestas tradicionales donde pueden degustarse platillos típicos de la zona  acompañados de su delicioso vino frances.

El mercado más grande de esta región se encuentra en Cahors y funciona los miércoles y sábados en la parte antigua de la ciudad cercana a la catedral. Merece una visita ya que además de muy pintoresca ofrece excelentes productos locales como quesos y vinos de la zona.

Cahors nos permite disfrutar de sus tiendas, cafés, restaurantes, museos, galerías y su hermosa arquitectura histórica.

Este es un sitio donde la naturaleza puede disfrutarse a pleno, practicando senderismo, caminadas, excursiones en barco, montar a caballo y ciclismo de montaña.

Otra visita interesante es conocer alguna de las bodegas que existe en los alrededores, donde además de degustar deliciosos vinos podremos delitarnos con su exquisito foie gras.

Una ciudad bella y encantadora con todo lo necesario para disfrutar una jornada inolvidable en la bella Cahors.

Foto: Fuente Flickr

Lugares para visitar

Saint Cirq Lapopie

La región de Aquitania y sobre todo el Valle de Lot se distinguen por la cantidad de pequeños y encantadores pueblos de la época medieval.

Es el caso de Saint Cirq Lapopie muy cerca del popular poblado de Cahors famoso por su hermoso puente de la edad media.

Para recorrer este bonito poblado deberemos subir algunas pendientes ya que la ciudad se encuentra en la cima de un acantilado, lo que hace que este lugar se encuentre enmarcado con un bello paisaje además de una tranquilidad espléndida.

Sus bonitas construcciones medievales llaman la atención por los materiales que fueron utilizados para levantarlas, ya que las paredes son de piedra calcárea y el tradicional tejado de Lot es de arcilla que fue extraída de la misma zona del valle. En tanto que todos los accesorios de madera fueron fabricados con roble oscuro obtenido de los árboles que se encuentran en el área cercana.

El infaltable castillo que caracteriza y hace más pintorescos estos pueblos medievales lleva el nombre Castillo de Cenevieres un magnifico edificio que mantiene aún la elegancia de otra época. Desde él se obtienen imágenes increibles de todos los alrededores de Saint Cirq Lapopie, especial para quienes practican el hobbie de la fotografía.

En el museo de la ciudad se realizan durante todo el año diferentes exposiciones de arte contemporáneo que vale la pena admirar.

Esta ciudad es un laberinto de estrechas y empinadas calles con una gran variedad de tiendas de artesanías que hacen las delicias de los visitantes, como también de bonitas galerías y restaurantes que ofrecen una gastronomía francesa excelente.

Un hermoso pueblo francés, pintoresco y hospitalario que ofrece además de un espectacular paisaje de estilo gótico un paseo irresistible, combinado con la buena comida y la tranquilidad de un ambiente en contacto con la naturaleza.

Foto: Fuente  La Galerie Catus

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