Francia

Archive - julio 2010

Monte Saint Michel, un clásico de Francia

Francia posee una gran cantidad de lugares para visitar que han marcado en algún momento los destinos y la historia de este país.

El Monte Saint Michel es uno de ellos, conocer su historia nos hará sentir lo maravilloso que es estar en un lugar que es único en el mundo, un sitio en donde en el año 709 se levantó la Abadía, para rendirle tributo al arcángel San Miguel.

Sobre una isla que tiene unos 900 metros de circunferencia y con un pequeño pueblo que la rodea, se encuentra la Abadía, para llegar hasta el Monte Saint Michel se debe ir por la Gran Vía que es el único acceso por tierra para llegar hasta la isla.

Un pequeño pueblo rodea la Abadía, sus habitantes reciben a los turistas diariamente y viven de las artesanías que les venden como recuerdo de su visita al lugar. En este poblado podremos visitar la iglesia de St. Pierre y un pequeño edificio que fuera construido en el siglo XVI que se encuentra muy bien conservado. Tras caminar sus calles empinadas llegaremos a la Abadía.

Allí veremos todo el conjunto que comprende la Iglesia, la Abadía románica al oeste y la Mervell al norte, donde también hallaremos el famoso claustro que fue construido por los monjes benedictinos en el siglo XIII. Muchos fieles llegan a ella para, conocerla, rezar y cumplir promesas.

El Monte Saint Michel ha sido declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, merecido homenaje a una obra espléndida que nos fascina con su belleza y magnitud.

Lo extraordinario de este lugar es que es que cuando la marea sube deja tanto el pequeño poblado que la rodea como a la misma Abadía solamente unida a tierra firme por su carretera. Este fenómeno ocurre dos veces por día y con anticipación las campanas de la iglesia repican para dar aviso a los habitantes.

Una maravilla tanto arquitectónica como histórica, un lugar increíble para conocer y admirar.

Loira, recorriendo sus castillos

Visitar iglesias, monumentos y palacios es algo sensacional, pues mucho más es poder visitar un castillo.

En Francia podemos disfrutar de visitar no uno sino varios castillos y sentirnos transportados a otra época y vivir por algunos instantes el Renacimiento.

Entre las ciudades de Nantes, Argers y Tours, en el curso del río Loira, plena campiña francesa,  un gran número de castillos aparecen ante nuestros ojos, para maravillarnos con su belleza y elegancia.

Muchos de ellos fueron la residencia de nobles y en otros llegaron a habitar reyes, la mayoría son de los siglos XV y XVI y son parte integrante de una extensa zona de unos 280 kilómetros de río que ha sido declarada como Patrimonio de la Humanidad.

El circuito para conocer estas bellezas de la antigüedad puede ser hecho de varias maneras,  una de ellas es en bicicleta, ya que el terreno permite realizar un tranquilo paseo disfrutando de paisajes de ensueño.

Además, entre Tours y Angers se encuentra habilitado un circuito de 120 kilómetros que va  junto al río y nos lleva hasta los castillos.

Otra forma de realizar el recorrido y poder apreciar toda esta bonita región,  es alquilando una embarcación, una de las ventajas es el poder hacer una o varias paradas durante el trayecto.

Cerca de cien castillos es posible visitar a través de todo el valle, pudiéndose hacer el recorrido de forma autónoma o contratar,  las visitas guiadas que son muy entretenidas ya que actores de teatro narran leyendas del lugar y de los castillos.

Los meses de julio y agosto son los mejores para hacer este bonito viaje. Esta es la época en que se organizan en los castillos como el de Chambord, Blois, Chenonceau o Amboise entretenidos espectáculos y representaciones nocturnas de luz y sonido.

También existe la posibilidad de alojarse en algún castillo ya que muchos de ellos se encuentran acondicionados para brindar este servicio de hotelería a los viajeros.

Entre  los castillos más bonitos para visitar se encuentran el  de Angers, en esta ciudad existe una muralla que posee diecisiete torreones medievales y su Castillo Saumur fue levantado en el siglo XIV, tanto este edificio como los bosques que lo rodean fueron los inspiradores del cuento de La Bella Durmiente.

El Castillo de Villandry es otro tesoro que hay que ver y sobre todo los hermosos y cuidados jardines que lo circundan.

Uno de los mejores de todo el Valle es el de  Chenonceau, además, según cuenta la historia fue aquí que se disputaron la preferencia del Rey Enrique II, Catalina de Médicis y Diana Poitiers.

Un viaje maravilloso, unas vistas espectaculares y la sensación de haber sido transportados en el tiempo y ser un noble o un rey viviendo las aventuras de esa época de los caballeros y las bellas damas.

Si algo que fascina a quienes viajan a Francia son sus castillos. Bellos y llenos de misterio, nos cuentan historias de un pasado,  que a pesar de estar lejano a través de ellos podemos recrear esas épocas llenas de aventuras y también romances.

Desde Orleáns hasta Nantes y siguiendo el curso del río Loira podremos ver los más bellos castillos que existen en Francia. Los hay más pequeños y también elegantes y suntuosos.

En la actualidad muchos de ellos son hoteles de lujo y otros se encuentran abiertos para que el público pueda visitarlos y admirarlos por dentro y por fuera.

Veamos algunos de los que pueden ser visitados:

  • El Castillo d’Azay-le-Rideau: Una construcción que data del siglo XVI, fue de los primeros castillos en Francia edificados en estilo renacentista. Se encuentra en una isla del río Indre y como salido de un cuento podremos admirar sus torres, su foso y un hermoso paisaje que lo rodea.
  • El Castillo de Amboise: Este castillo fue transformado en palacio real por el rey Carlos VII, que a mediados del siglo XV lo tomara para sí. Posteriormente Francisco I vivió en él e invitó a Leonardo da Vinci a pasar una temporada. El artista vivió en el castillo durante cuatro años hasta su muerte.
  • El Castillo de Blois: Un extraordinario y bello castillo construido en el siglo XIII, fue residencia del Rey Luis XII y donde Juana de Arco recibió la bendición del arzobispo de Reims en la jornada anterior a la batalla de Orleáns.
  • El Castillo de Chenonceau: Dueño de una gran belleza es uno de los más grandes castillos de Loira, construido por thomas Bohier entre los años 1515 y 1521 algunas áreas se asoman al río Cher. En él vivieron varios reyes inclusive Catalina de Médici.
  • El Castillo de Chambord: El más grande los castillos que existen en Loira, llamado como el Versalles del siglo XVI, construido en el año 1519 por el rey FranciscoI. Rodeado de bosques en un entorno maravilloso podremos visitar algunas de sus 440 habitaciones.
  • El Castillo de Valencia: Hermoso castillo de arquitectura renacentista, Napoleón lo compró con la idea de recibir a sus visitantes iluestres. Es una verdadera obra de arte.
  • El Castillo d’Ussé: Bello castillo que se encuentra en el bosque de Chinon fue la inspiración del escritor Charles Perrault para crear el famoso cuenta de la Bella Durmiente.
  • El Castillo de Villandry: Construido en 1536, fue adquirido por Napoleón para obsequirselo a su hermano. Su maravilloso jardín impresiona por su perfección y colorido. Fue adquirido en 1906 por Joaquim Carvalho quien junto a su esposa Ann se encargaron de convertirlo en uno de los mejores castillos del mundo.

Recorrer estos hermosos monumentos es un viaje inolvidable que quedará enel recuerdo por siempre como un momento muy especial.

Dijon, una ciudad cautivante

Dijon capital de Borgoña, una región cautivante y moderna situada entre Lyon y París, ofrece a sus visitantes toda la magia del pasado que se une a un presente en expansión.

De su pasado ha heredado un patrimonio arquitectónico de excepción y cuenta con unas 97 hectáreas de monumentos que han sido declarados de interés cultural y artístico.

Con un paisaje encantador de casas con entramados de madera, la bella Catedral de Saint-Bénigne y el Palacio de los Duques de Borgoña, esta ciudad tiene todo aquello que encanta a los turistas.

Para los amantes del arte y la historia la ciudad les ofrece varios museos, el Museo de Bellas Artes, que fuera en el pasado el palacio de los Duques de Borgoña y es el lugar que guarda sus tumbas, el Museo Rude, el Museo Magnin, los museos de la Vida Borgoñona y de Arte Sacro y los de Historia Natural y Arqueológico, además del hermoso Jardín Botánico.

En la Plaza de la Liberación suelen hacerse diferentes encuentros culturales que tienen renombre internacional, los hay de teatro, arte, danza y música. También se realiza el llamado Primer Plano, un festival de cine y la Feria Internacional y Gastronómica.

Dijon es también famosa por su gastronomía y repostería en especial sus golosinas como el delicioso pan de miel y especias, además de excelentes vinos.

Un gran número de restaurantes y los famosos viñedos de la región son una invitación para los aficionados a la gastronomía y amantes de buenos vinos.

El barrio antiguo de Dijon de estilo medieval se encuentra alrededor del Palacio de los Duques, se encuentra aquí el llamado mercado cubierto (Les Halles) un sitio donde pueden encontrarse todo tipo de platillos de la culinaria regional, también existen tiendas de vinos y todo tipo de golosinas y dulces tradicionales.

Borgoña

Borgoña es una región de Francia que se encuentra situada  al este del país, agrupando los departamentos de Yonne, Côte-d’Or, Nièvre y Saône-et-Loire.

Es famosa mundialmente por sus excelentes vinos,  sin embargo, esta bella provincia francesa posee una gran cantidad de atractivos como el arte, la historia y su exquisita arquitectura. Su capital Dijon es conocida por la producción de su delicada mostaza que lleva ese nombre.

Atravesada por los ríos Sena, Yonne, Loire y el Saone, en todo su territorio podremos encontrar pequeñas y pintorescas aldeas y una gran cantidad de castillos.

Borgoña se manifiesta a través de sus vinos y nos revela sus grandes territorios agrícolas, los prestigiosos viñedos que posee y sus zonas todavía salvajes como es el caso de Morvan.

Además, esta bella región  de Francia cuenta con tres monumentos que han sido declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO:

  • La Abadía cisterciense de Fontenay que fue fundada en 1118 por San Bernardo, al visitarla tendremos una idea perfecta de cómo era la arquitectura de esa época, ya que esta abadía,  en particular,  se encuentra en muy buen estado de conservación.
  • La colina de Vézelay y la basílica de Santa María Magdalena: También conocida  como la “colina eterna” Vézelay era en el pasado el lugar en el cual se reunían los Cruzados y todos los que iban hacia Santiago de Compostela, como  también el punto de reunión de aquellos que visitaban la magnífica basílica de Santa María Magdalena.
  • La iglesia prioral La Charité-sur-Loire, ubicada a unas dos horas de París,  esta imponente  iglesia se encuentra en el acceso al puente que cruza el Loira y ha estado allí por más de 900 años. Este también es un famoso lugar de peregrinación y alberga aún hoy gran cantidad de tesoros.

Visitar Borgoña es una experiencia maravillosa, castillos, abadías romanas, pueblos pintorescos, paisajes de ensueño la convierten en una región única e inolvidable.

Foto: Fuente Voyages Photos Manu

Ciudades

Lugares para visitar

Bretaña

Bretaña es una península que se encuentra al noroeste de Francia y es una de las regiones que mayores beneficios posee por la amplitud de sus costas.

Lugar ideal para la práctica de excursionismo gracias a la gran cantidad de caminos y senderos que existe. Es posible realizar este tipo de prácticas tanto a pie, como en bicicleta o a caballo.

Los paisaje bretones son diversos y cada uno tiene un encanto especial, con 1300 km de caminos bordeando la costa, los senderos fueron diseñados especialmente para la práctica del excursionismo, haciendo un recorrido por la mayoría del perímetro litoral.

También existen una gran cantidad de islas bretonas con espacios excelentes para la práctica de ciclismo, se trata de  lugares donde habita flora y fauna local protegida.

Y para los amantes de andar a caballo encontrarán en Bretaña importantes circuitos ecuestres totalmente señalizados.

Bretaña también es un lugar ideal para la práctica de todo tipo de deportes náuticos ya que posee miles de kilómetros de costa virgen, con calas, bahías y gran cantidad de lagos y ríos. Pudiéndose realizar prácticas de canotaje, kayak de mar y de río, deportes submarinos, surf y bodyboard.

Es común encontrar en toda la zona centros de talasoterapia que ofrecen magníficos tratamientos corporales, utilizando los múltiples recursos naturales como agua pura de mar, fango marino, arena, algas y el aire yodado.

La gran variedad de festividades que existen permite que en cualquier época del año se pueda disfrutar de festivales artísticos y culturales,  entre ellos el Festival Bretón Fest’Yves, el Festival de literatura de viajes, y el Festival Les Vielles Charrues, son sólo algunos de los eventos que pueden disfrutarse a lo largo del año.

Paisajes encantadores ideales para quienes aman la naturaleza y gustan de disfrutar el estar en contacto con ella, además de una infraestructura que garantiza tanto la diversión como el confort de unas vacaciones típicas de turismo rural.

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