Francia

Archive - noviembre 2010

París, recorriendo Batignolles

París es una ciudad con lugares encantadores, barrios pintorescos, donde diferentes culturas se encuentran, tiendas de antigüedades donde pueden hallarse tesoros insospechados, restaurantes de todo tipo, pastelerías y mercados diversos. Sin embargo, muchos de esos barrios al no estar dentro de los itinerarios turísticos  pasan inadvertidos para muchos.

En cada zona de la ciudad es posible encontrar esos sitios diferentes como por ejemplo  Batignolles un bello barrio donde se ensamblan a la perfección el estilo pueblerino con la naturaleza en medio de una gran ciudad.

Para llegar allí se debe tomar la rue de Lévis,  una calle peatonal de comercios y tiendas pequeñas además de queserías y fruterías.

Por aquí puede caminarse antes de seguir viaje para Batignolles,  tomando  la rue des Dames conoceremos bonitos restaurantes como Bistrot des Dames , La Gaieté o L’Agapé o la tradicional pastelería L’Ecureuil, que queda al final de la rue de Lévis.

Luego de recorrer un poco toda esa zona de restaurantes, tomaremos la rue Cardinet hasta llegar a la estación de Pont Cardinet y de allí hasta una gran zona verde pasando el pont Cardinet terminaremos justo frente de una plaza con bonitos jardines Square des Batignolle.

En este sitio pueden verse gran cantidad de cisnes negros, la iglesia que posee una gruta y una cascada y detrás del parque hallaremos la plaza blanca que pertenece a la misma iglesia.

Todo el entorno de Batignolles es muy pintoresco, descubriremos allí gran cantidad de talleres y galerías, sitios especializados en restauración de cuadros, exposiciones de joyas y fotos entre otros otras muchas tiendas de objetos diversos .

Seguiremos camino para entrar en la galería Aleth Vignon o la tienda de estilo japonés Home Trotter.

Después de tanto caminar, es posible reponer fuerzas en Les Puces des Batignolles, un bar-restaurante donde sirven platos deliciosos.

Luego y antes de irnos de Batignolles es interesante dar una vuelta por el cruce de la rue Mollet y tomando hacia la derecha, descubriresmos l’Atelier Nollet y la Galerie Espace Mollet, además de los talleres de Madar Décors.

Foto Fuente:Fr Academic

Paris, recorriendo el Mercado de las Flores

La ciudad de París es famosa por la variedad de sitios y rincones de gran belleza para conocer y recorrer. También lo es por los diversos mercados que en ella podemos hallar, entre ellos uno muy pintoresco y que merece una visita es el Mercado de las Flores.

Este conocido mercado en París se encuentra a la salida de la estación de Metro llamada Cité, donde está también la Plaza Luis Lépine, y funciona en una construcción de estructuras metálicas bastante antiguas.

La Plaza Luis Lépine se encuentra ubicada justo detrás de los tribunales de comercio, muy cerca del barrio latino, la plaza de Saint Michel y la hermosa Notre Dame.

Pueden  hallarse aquí todo tipo de flores, desde las más sencillas hasta perfumadas y exquisitas orquídeas. Plantas tradicionales y otras especies exóticas y raras como, plantas carnívoras. También se ofrecen arbustos y todo tipo de accesorios necesarios para el cuidado y mantenimiento del jardín.

Este mercado funciona aquí desde 1808 siendo el único en su tipo en la ciudad de París, ya que se especializa en todo tipo de plantas y flores, incluso algunas de climas tropicales.

El Mercado de las Flores está abierto durante todo el año y sólo los domingos le deja su espacio al Mercado de Pájaros, que comienza a las 8 de la mañana y termina a las 7 de la tarde.

Entre las bonitas aves que aquí pueden adquirirse encontramos canarios y colibríes dentro de los tipos pequeños, existiendo también algunas especies exóticas.

Además de aves de diversas especies pueden hallarse aquí desde alimento para mascotas, semillas y todo tipo de accesorios para aves hasta jaulas de metal, madera y algunas artísticas que llaman la atención por sus raros diseños.

Cuando se acerca la época de Navidad muchas personas llegan hasta el Mercado de las Flores en busca de adornos navideños y es que este tradicional lugar de París deja para estas fechas las flores y los pájaros y coloca en las estanterías abetos navideños y variados adornos para la época.

Sea cual sea la época del año conocer el Mercado de las Flores y Pájaros es un paseo encantador, teniendo en cuenta además el magnífico entorno que rodea toda la zona y que también podemos recorrer.

Foto: Fuente Flickr

Castillo de Breteuil

Al visitar París es imposible no encantarse con sus castillos, muchos de ellos parecen haber salido de un cuento de hadas y absolutamente todos son piezas de arquitectura bellas y elegantes,  que nos hacen soñar con un pasado lejano pero igualmente presente a través de estos magníficos edificios.

Un ejemplo de ello es el hermoso Castillo de Breteuil (Château de Breteuil), que se encuentra a poco más de 30 kilómetros de París precisamente en el Valle de Chevreuse, a un lugar de singular belleza.

El castillo que perteneció al Marqués de Breteuil  fue construido en el siglo XVI, en un magnífico parque de 74 hectáreas con increíbles jardines colmados de árboles, planta y flores con una gran fuente en el centro.

Según los expertos los jardines del Castillo de Breteuil representan cien años de historia de la jardinería francesa, al poseer árboles de tilo que fueron plantados en la época de Luis XVI y la creación más moderna llamada Jardín de los Príncipes, con una hermosa pérgola que está cubierta de rosales muy antiguos y una alameda de frutales, además de una zona más llana donde se encuentran cerezas del Japón y una excelente colección de arbustos de peonías.

A todo esto debemos agregar un espectacular rincón llamado Laberinto Milenario formado por cientos de árboles de bojedal.

Además de toda esta belleza natural, el castillo ofrece a los visitantes una gran variedad de atracciones como monumentos históricos, bellas estatuas, museos de arte y centros culturales.

A diferencia de otros castillos, este se destaca por ser realmente un mundo de fantasía que fascinará tanto a los grandes como a los más pequeños. Sus paredes cubiertas de los personajes de cuentos inolvidables como “La bella durmiente” y “Caperucita roja“, en los que trabajaron artistas de renombre como Armand Langlois  encargado de pintar tan bellos personajes.

También posee un fantástico museo de figuras de cera que representan los protagonistas de los cuentos para niños, los mismos se encuentran colocados de forma tal que parecen realmente personas vestidas con trajes de época y que habitan el castillo.

Los  domingos se realizan funciones especiales donde un relator de cuentos invita al público a escuchar antiguas historias, para revivir un  mundo imaginario con los  famosos personajes creados por el escritor Perrault.

El Castillo de Breteuil, abre sus puertas diariamente y se realizan visitas guiadas que son sumamente interesantes ya que cuentan la historia del lugar de forma detallada y muy amena.

Foto Fuente: Barrejadiz Aseau

París, la bella plaza Dauphine

París cuenta con maravillosas plazas, magnificos predios cubiertos de verde y de flores que sirven de marco a lugares bellísimos de esta ciudad.

Sin embargo, existen también pequeñas plazas que tienen un encanto especial, quizá por su historia o por ser las preferidas de los parisinos. La plaza Dauphine es un claro ejemplo de ello.

Rodeada de pintorescos cafés y ubicada en pleno centro histórico de París, la plaza Dauphine se caracteriza por su estilo barroco. Construida entre los siglos XVII y XVIII fue en homenaje al rey Enrique IV, un gran promotor de obras urbanas que además fue quien  proyectó esta plaza.

Para hacer realidad esta proyecto primero debió terminarse un puente que servía para conectar el sur de la ciudad con el norte que era el centro de toda la actividad comercial de la época.

Para que el conjunto quedara completo y homogéneo Enrique IV proyectó también la llamada rue Dauphine, que estaría sobre la márgen izquierda del Sena.

El puente tuvo que ser reformado años después para agregarle una plataforma en la que se colocó la estatua de Enrique IV, obsequio de María de Médicis a la ciudad y que fue la primera en ser exhibida en público en París.

Pasaron los años y en 1607 se realizó el proyecto de una plaza triangular que desembocaría en el Puente y que terminaría justo frente a la estatua del Rey y que  se llamarían la Place Dauphine.

La plaza siguio los padrones de 3 características básicas forma triangular, delimitada por casas, homogeneidad, las casas serían todas iguales de ladrillo y estuco y la tercera característica la estatua no en el centro sino en la plataforma del puente.

La forma de la plaza era la Nación Unida, que tenía a la figura real, ubicada en el eje de comunicación, como cabeza de la Nación.

Una bella plaza con mucha historia, merece una visita.

Foto fuente  Flickr

Charroux

Antiguamente conocida como Charroux en Bourbonnais, la ciudad de Charroux se encuentra dentro de los llamados “Pueblos Más Bellos de Francia” y es el representante de una arquitectura excelente que nos remonta a la Edad Media.

Uno de los destinos que podemos conocer y disfrutar en Auvernia, es este bello poblado que se encuentra ubicado en el departamento de Allier.

Charroux no sorprenderá con una historia rica en leyendas y monumentos civiles, sobre todo los que nos remontan a su época de oro que transcurrió entre los siglos XII al XVI.

Innumerables y magníficos edificios que aún hoy se conservan en perfectas condiciones,  como el bastión de los Borbones que está frente a la plaza central de la ciudad en otras épocas protegida con una gran muralla de la cual hoy sólo quedan dos puertas de entrada llamadas la de Oriente y la del Reloj, dos torres y menos de cien metros de murallas.

La iglesia de San Juan Bautista que data del siglo XII con su hermoso campanario testigos de siglos de historia y también la abadía benedictina, en otras épocas una de las de mayor peso en Europa.

Como muchos de los pueblos de esta región Charroux estuvo relacionado directamente con los legendarios templarios y fueron precisamente reliquias relacionadas con Cristo las que originaron la construcción de la abadía, edificada entre los siglos VIII y XI.

Lamentablemente al llegar la Guerra de los Cien Años comenzó su destrucción que siguió durante las Guerras de Religión siendo en la época de la Revolución Francesa cuando se la destruyó casi por completo.

Hoy pueden verse los restos de la abadía que constan de algunas esculturas góticas y la Torre de Carlomagno.

Como en todas las ciudades de esta región pueden degustarse platos típicos tradicionales exquisitos y además, Charroux es famosa también por su fantástica mostaza artesanal, un buen recuerdo para llevar de este encantador poblado medieval.

Foto: Fuente Auverneg tourisme

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