Francia

Archive - marzo 2011

Costumbres de Francia

Cada país posee costumbres y tradiciones propias y que se consolidan a través del tiempo, siendo muchas de ellas distintivas de alguna determinada región.

Francia posee gran cantidad de costumbres, muchas de ellas muy antiguas y que han pasado de generación en generación de forma inalterable siendo distintivas de este pueblo, entre ellas podemos destacar:

  • Familia: Francia es un país donde los lazos familiares continúan siendo muy fuertes pero con algunos cambios que ha traído la vida moderna como el hecho de familias más pequeñas, cuyos hijos dejan el hogar paterno ni bien terminan la escuela.
  • Comidas: Para los franceses la cocina es un verdadero arte y su gastronomía es reconocida a nivel mundial. Su extensa tradición culinaria se remonta a la edad media naciendo en esa época los primeros libros de cocina. Sus tradiciones regionales tienen un gran peso. En el pasado los ingredientes utilizados en esta cocina eran de un coste elevado y hoy la costumbre ha cambiado sobre todo pasando a una comida más ligera, de pequeñas porciones y con una presentación sumamente artística.
    Suelen tomar un desayuno liviano que generalmente se compone de croissants o pan y café.
    En cuanto al almuerzo, hoy se distingue por ser una comida ligera y en París es costumbre tomarlo a las 13 horas.
    Los franceses gustan de comer fuera de casa con frecuencia y la mayoría de los restaurantes tienen un menú con un valor fijo. Siendo costumbre el elegir este tipo de menú a menos que se trate de algún festejo especial.
  • El saludo: Suele ser siempre con un apretón de manos firme y entre amigos y familiares es común besarse en la mejilla. Y el saludo se acompaña siempre con el nombre de la persona y en caso de no ser conocida la persona se utiliza el señor o señora y también su título profesional.
  • El café: Las cafeterías suelen ser el centro de la vida social que se reserva para los fines de semana.
  • Las visitas: Los franceses gustan de guardar las formalidades y por ello antes de ir de visita a la casa de otra persona se lo anuncia previamente. Al anfitrión es costumbre obsequiarle una botella de vino y es muy importante felicitarlo por la comida, siendo ésta un motivo de orgullo.
  • Deportes: Los más populares son el fútbol y el rugby, como también la carrera ciclista muy famosa denominada el Tour de France.
  • El idioma: Es costumbre para los franceses no responder cuando se les habla en otro idioma ya que aprecian más cuando un visitante trata de hablar su idioma a pesar que no lo haga correctamente.

Marsella

Marsella es una ciudad realmente hermosa, llena de encantos y atractivos para brindar a quienes la visitan una vacaciones inolvidables.

Siendo la ciudad más importante de la región de Provenza, aquí puede encontrarse todo para pasarla bien.  Un destino al que puede viajarse en cualquier época del año ya que es una ciudad dinámica donde siempre hay cosas para ver y para hacer y por ello,  la diversión está garantizada.

Marsella se caracteriza por sus bellos paisajes naturales, diversos monumentos para visitar, buena culinaria francesa para disfrutar.

Con un bagaje de tantos siglos de historia, esta maravillosa ciudad exhibe su rico patrimonio que puede disfrutarse en sus calles y museos, no en vano ha recibido el título de Capital Europea de la Cultura 2013,  una distinción que comparte con Kosice la ciudad eslovaca.

Por otra parte,  Marsella es considerado también como el puerto comercial de mayor importancia de Francia y su historia nos lleva a muchos siglos atrás, cuando fuera fundada por los griegos, hasta que en el Renacimiento es anexada a Francia, habiendo quedado como emblemas de ese hecho dos fuertes el de San Juan y el de San Nicolás que se encuentran en el Vieux Port.

Por supuesto que se puede visitar la pequeña isla del Castillo de If, que nos recordará a Alejandro Dumas y su Conde de Montecristro.

Otra visita obligada es sin lugar a dudas la Basícilia de Notre Dame de la Garde y haciendo una recorrida  por sus alrededores pueden verse  las marcas que dejaron las luchas durante la Segunda Guerra Mundial cuando Marsella estuvo ocupada por mucho tiempo y fue destruida en gran parte.

Existe la posibilidad de contratar un excursión organizada en barco y también recorrer la ciudad en el llamado “autobús turístico” que es un servicio que la recorre con un guía que comenta los sitios más importantes.En este recorrido puede conocerse  el Vieux Port y recorrerlo por completo, también, desde aquí se puede llegar al Palacio Longchamp.

Conocer su historia a través de la visita a museos como el de Cantini, Grobet Labadie, el de Beaux Arts y el Museo de la Faience y saborear sus especialidades culinarias como la bullabesa o sus deliciosos bizcochos en forma de barco llamados “navettes”.

Sus playas son realmente hermosas y apacibles como la Plage du Parado y la Corniche, donde además del mar y la arena puede disfrutarse de sus magníficos paisajes y diversos senderos recorriéndolos a pie o en bicicleta.

Siendo la segunda ciudad con mayor población de Francia, Marsella posee además, el puerto más importante de Francia y tercero de mayor importancia en Europa, núcleo de un gran centro comercial que se especializa en petroquímica, construcciones navales y también diversidad de industria.

Fundada en el año 600 a.C. por los griegos recién fue parte de Francia en el Renacimiento y como muestra de ello han quedado dos fuertes en el llamado Vieux Port, el de  San Nicolás y el de San Juan, levantados como protección y defensa.

La isla del Castillo de If, al sureste de Francia, es una de las más conocidas del lugar, donde Alejandro Dumas recreara su famoso personaje del Conde de Montecristo.

El lugar tuvo diferentes usos en el siglo XVII, como por ejemplo una prisión del estado que tuvo entre sus prisioneros personajes ilustres que dejaron mensajes gravados en las paredes que aún hoy pueden verse.

Visitada por gran cantidad de turistas diariamente existen excursiones en barcos turísticos que llevan a recorrer la isla.

Marsella puede recorrese por medio de excursiones organizadas en barco o también en los autobuses turísticos que brindan un servicio con guía incluido que hace paradas en puntos de interés, además de disfrutar de bonitas vistas de la ciudad.

Una de las paradas obligatorias es en el Puerto Viejo, donde la mayoría de los visitantes  gusta de comprar el conocido  jabón de Marsella, dar un paseo por el lugar  y conocer el Palais Longchamp y sus bellos jardines además de hacer una visita al Museo de Bellas Artes.

Variados edifiios religiosos existen en la ciudad como la basílica de Notre-Dame de la Garde, que comenzó a construirse en 1853, una bella representación de estilo románico-bizantino realizada con materiales traídos desde Italia.

También se destaca la Catedral de Marsella, levantada en la segunda mitad del siglo XIX y la Abadía de San Victor de Marsella uno de los edificios más antiguos de la ciudad construida en el siglo V.

En tanto que dentro de los castillos más importantes se encuentran el Castillo de If, el de Borley y el fuerte Saint Jean.

Barrios encantadores como el de Le Panier con gran cantidad de tiendas que venden artesanías y productos tipicos de la región, siendo el chocolate artesanal el más famoso y demandado de sus productos, que pueden adquirirse en la antigua Chocolatière du Panier especializada en la fabricación de todo tipo de chocolates y de gran prestigio en la ciudad.

La plaza Castellane en el Prado también es un sitio muy frecuentado por los marselleses y los turistas, con gran cantidad de restaurantes, bares y librerías.

Marsella una maravillosa ciudad que ofrece a sus visitantes el encanto y tradiciones de siglos de historia y cultura que se reflejan en un rico patrimonio formado por barrios pintorescos, museos, arquitectura increíble y la hospitalidad de sus habitantes.

Lugares para visitar

Gastronomía de Francia

Cuando se habla de arte culinario sin lugar a dudas viene a nuestra mente Francia como país sinónimo de la gastronomía que va desde la más simple hasta la de mayor elaboración. País por excelencia donde muchos chef profesionales vienen a perfeccionar técnicas culinarias en general y de la repostería más fina y selecta en particular.

Entre las delicias de esta tradicional cocina se encuentran el famoso foie gras, los mariscos más variados, quesos excelentes como el roquefort y sus delicadas trufas.

La comida cotidiana es sin embargo simple, entre las comidas típicas de Francia nos encontramos con el conocido y delicioso croissant acompañado de una humeante taza de café recién preparado, la sopa de pescado, los estofados más variados y la sabrosa tarta de manzana, son sólo algunos ejemplos de la cocina cotidiana.

Los vinos y licores también se distinguen por su magnífico sabor, siendo los primeros considerados como los mejores del mundo.

Por otra parte, la gastronomía ocupa un lugar destacada en cada región de Francia, donde hallaremos platos típicos cada uno con su particularidad especial dependiendo de la zona.

La llegada del Renacimiento significó para Francia la aparición de nuevos ingredientes traidos de la mano de los descubrimientos de continentes lejanos que aportaron diferentes sabores, texturas y colores dando lugar a una transformación importante en la cultura francesa.

En el pasado esta culinaria se distinguió por ser elegante y suntuosa y como un elemento de ponderación a su rey.

Posteriormente y con la llegada de la Revolución Francesa la gran cocina francesa, antes limitada a la corte y al rey, sale a la calle y se hace popular, con la aparición de gran cantidad de restaurantes abiertos por aquellos que eran cocineros de aristócratas y que se quedaron sin empleo por la fuga  que debieron emprender muchos de ellos con la llegada de Napoleón.

A través de los siglos esta cocina selecta fue evolucionando a través del agregado de alimentos típicos como las anchoas y las trufas.

Una culinaria que debió recorrer un largo camino hasta la aparición de la nouvelle cusine, donde la característica fundamental se da por la innovación en los platos tradicionales como las salsas más ligeras y el respeto por el sabor de los productos.

Asimismo, como ingredientes clásicos de esta alta cocina se encuentra las patatas, puerros y nabos, entre las frutas su utilización tanto en platos salados,  haciendo un contraste perfecto,  como en los dulces por medio de tartas de todo tipo de frutas, siendo las más utilizadas las ciruelas, melocotones, uvas y peras.

Entre las carnes se distingue la elaboración de platos guisados y  asados como el pavo, pollo, cerdo, conejo y venado y de los pescados la especialidad son las preparaciones con truchas, mejillones, ostras y camarones ingredientes de altísima sofisticación y elegancia.

Un país que ofrece una diversidad de platos tanto de su cocina más tradicional como la del nuevo movimiento con una culinaria mucho más sencilla y natural.

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