Septiembre es un mes perfecto para descubrir Francia. El clima sigue siendo agradable, las multitudes del verano disminuyen y los precios suelen ser más accesibles que en plena temporada alta. Además, es un mes en el que se celebran vendimias, festivales culturales y eventos gastronómicos.

A continuación te presento 10 destinos imprescindibles que visitar en Francia en septiembre, desde ciudades icónicas hasta rincones menos conocidos que combinan historia, naturaleza y cultura.

1. París, la capital eterna

Visitar París en septiembre es una experiencia ideal: el calor sofocante del verano ya ha pasado, pero la ciudad aún conserva días soleados perfectos para pasear. Los lugares emblemáticos como la Torre Eiffel, el Louvre o Notre-Dame se disfrutan con menos colas que en julio y agosto.

Además, septiembre es el mes de la Semana de la Moda de París, lo que convierte a la ciudad en un escaparate de tendencias internacionales. Para los amantes del arte, es un buen momento para recorrer los museos sin las aglomeraciones veraniegas.

Un paseo por las orillas del Sena, una cena en Montmartre o un recorrido por los jardines de Luxemburgo harán que tu visita sea inolvidable.

2. Burdeos, entre viñedos y cultura

En septiembre, Burdeos se convierte en el epicentro del enoturismo en Francia. Es el mes de la vendimia, lo que significa que se pueden visitar los viñedos en plena actividad, participar en catas y descubrir de cerca el proceso de elaboración del vino.

Además, la ciudad en sí es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a su arquitectura del siglo XVIII y sus plazas monumentales como la Place de la Bourse.

La Cité du Vin, un museo interactivo dedicado al mundo del vino, es parada obligatoria. También se recomienda un crucero por el río Garona para contemplar la ciudad desde otra perspectiva.

3. Alsacia, entre Estrasburgo y Colmar

Septiembre es un momento excelente para recorrer Alsacia, una región que parece salida de un cuento. Sus pueblos de casas con entramado de madera, balcones llenos de flores y calles empedradas hacen que sea un destino encantador.

Estrasburgo, sede del Parlamento Europeo, combina modernidad e historia, con su famosa catedral gótica y el barrio de la Petite France. Colmar, por su parte, es una joya con canales que le valen el sobrenombre de la “Pequeña Venecia”.

En septiembre también se celebran ferias gastronómicas y festivales de vino, lo que permite disfrutar de la cocina local, marcada por la mezcla de influencias francesas y alemanas.

4. Provenza, lavanda y paisajes mediterráneos

Aunque la temporada de floración de la lavanda ya terminó en agosto, septiembre ofrece un clima más suave para recorrer la Provenza sin las multitudes del verano.

Los pueblos de piedra como Gordes o Roussillon, con sus tonos ocres, ofrecen una postal perfecta. Aviñón y su famoso puente, así como el Palacio de los Papas, son paradas obligatorias.

Además, septiembre es mes de mercadillos provenzales y de festivales culturales. También es ideal para explorar los viñedos de la zona y probar el famoso vino rosado de la región.

5. Valle del Loira, castillos y viñedos

El Valle del Loira es un destino mágico para quienes aman la historia y la arquitectura. Septiembre es ideal para visitarlo porque el paisaje se tiñe de colores otoñales y las temperaturas aún permiten recorrerlo cómodamente en bicicleta.

Castillos como Chambord, Chenonceau o Amboise son auténticas joyas renacentistas. Además, el valle es una de las regiones vinícolas más importantes de Francia, por lo que se pueden visitar bodegas y participar en degustaciones.

La combinación de castillos, viñedos y pueblos pintorescos lo convierte en uno de los destinos más románticos de Francia en esta época del año.

6. Lyon, la capital gastronómica

Considerada la capital de la gastronomía francesa, Lyon es un destino perfecto en septiembre, cuando el clima sigue siendo agradable y los mercados locales están llenos de productos frescos de temporada.

Los famosos bouchons lyonnais ofrecen la oportunidad de probar platos tradicionales como la quenelle, el coq au vin o la tarte praline.

En cuanto al patrimonio, la Basílica de Notre-Dame de Fourvière, el Vieux Lyon y los pasadizos secretos llamados traboules forman parte de su encanto.

Además, septiembre es un mes de festivales culturales, lo que añade un plus a la experiencia de la ciudad.

7. Normandía, historia y paisajes costeros

En septiembre, Normandía ofrece temperaturas suaves para recorrer sus acantilados, playas y pueblos costeros. El icónico Mont Saint-Michel es un destino imperdible, sobre todo con la marea alta, cuando parece flotar en el mar.

Las playas del Desembarco de Normandía son una visita cargada de historia, mientras que ciudades como Ruan o Honfleur ofrecen un ambiente más cultural y artístico.

La gastronomía también es protagonista: la sidra, el camembert y los mariscos frescos son parte de la experiencia culinaria de la región.

8. Córcega, la isla de la belleza

La isla de Córcega es uno de los destinos más recomendados en septiembre. Las temperaturas siguen siendo cálidas, pero sin el agobio del turismo masivo del verano.

Las playas de aguas cristalinas como Palombaggia o Santa Giulia rivalizan con las del Caribe. Además, pueblos como Bonifacio o Calvi ofrecen historia y encanto mediterráneo.

Para los amantes del senderismo, septiembre es perfecto para recorrer el GR20, una de las rutas más famosas de Europa, gracias a su clima más fresco.

9. La Costa Azul, glamour en temporada baja

Septiembre es un mes ideal para visitar la Costa Azul, ya que el mar aún está cálido, pero las multitudes del verano han desaparecido. Ciudades como Niza, Cannes o Mónaco brillan con un ambiente más relajado.

El paseo marítimo de Niza, las playas de arena blanca y el lujo de Montecarlo son algunos de sus grandes atractivos. También es un buen momento para explorar el interior, con pueblos medievales como Èze o Saint-Paul-de-Vence.

Los festivales culturales de septiembre, como el de cine de Deauville (aunque en Normandía, muy vinculado al ambiente de la Riviera), también enriquecen la visita.

10. Bretaña, tradición celta y naturaleza salvaje

La región de Bretaña es perfecta para quienes buscan paisajes salvajes, historia y tradición. Sus costas escarpadas, faros y pueblos marineros son únicos.

Ciudades como Saint-Malo o Quimper permiten descubrir la arquitectura típica y la influencia celta en la cultura local. Además, septiembre es un mes de festivales de música y ferias tradicionales.

La gastronomía también tiene un papel importante: las galettes bretonas y la sidra artesanal son imprescindibles en cualquier visita.

Conclusión

Francia en septiembre ofrece una mezcla única de clima agradable, menos turistas y una agenda cultural y gastronómica muy rica. Desde la elegancia de París hasta los paisajes salvajes de Bretaña, pasando por los viñedos de Burdeos y el romanticismo del Valle del Loira, cada región tiene su encanto particular en esta época del año.

Viajar en este mes no solo garantiza una experiencia más tranquila, sino también más auténtica, con la oportunidad de vivir festividades locales y disfrutar de la hospitalidad francesa sin prisas.

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