La ciudadela de Saint Malo fue construida sobre una isla de granito en la Costa Esmeralda de la Bretaña, esta hermosa ciudad se levanta de la roca y se curva alrededor de un puerto natural. Su antigua ciudadela, la catedral de San Vicente, domina el horizonte, ofreciendo a sus visitantes paisajes inolvidables llenos de una mezcla muy armónica ente la naturaleza y la mano humana.

Además de la destacada Puerta Grande, la puerta principal de la ciudadela es la Porte Saint-Vincent a la derecha es el castillo de la ciudad, que alberga el Museo de la Ville, el museo está inspirado en los días donde en esta zona existía una prosperidad prodigiosa que gozaba Saint-Malo en sus días de piratería, el colonialismo y la trata de esclavos.

Fundada en el siglo sexto por los monjes de Gales, en el siglo 12, el obispo Jean de Chatillon también trasladó su obispado para la ciudad pero su más oscuro pasado de la ciudad es ilustrada por su apodo de: “la ciudad de los corsarios”, llamada así después de que los piratas tomaran este lugar como un lugar fundamental para los buques ingleses entre el siglo XVIII y XIX.

Corazón de Saint Malo es el casco antiguo amurallado, conocido como Intra-Muros o «dentro de estas paredes». Los visitantes pueden pasear por las murallas de paredes de 20 pies y hacer paseos para poder llegar a ver las perspectivas más hermosas de la ciudad y del puerto.

Fuente: foto

por Daniel

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