Francia

Archive - agosto 2010

París, sus barrios Le Marais y Saint Germain de Prés

París, esa ciudad maravillosa y llena de encanto cuenta además con bonitos barrios que es un placer recorrer.

Entre ellos Le Marais, un barrio del siglo XII siendo esta una de las zonas más antiguas de París, se encuentra estratégicamente ubicado entre el Centro Pompidou y la Bastilla y a su lado corre el río Sena.

Es un barrio pintoresco con diversos bares típicamente parisinos, donde podemos disfrutar de un café mientras admiramos su bonita arquitectura.

En la plaza central se encuentra el Palacio Garnier o conocido también como el Palacio de la Ópera, un antiguo edificio levantado en 1875.

También pueden recorrerse sus galerías de arte y antigüedades, conocer la casa del escritor Victor Hugo y el bonito Palacio Sully.

Otro sitio especial para conocer es Saint Germain des Prés, un hermoso barrio elegante y señorial.

En el boulevard Faubourg Saint Germain, existen varios monumentos para visitar entre ellos la antigua Abadía de Saint Germain des Prés que cuenta con una iglesia y un claustro siendo la más antigua  de París, esta abadía construida en el siglo VI fue casi totalmente destruida en la época de la Revolución excepto la iglesia que hoy puede admirarse en todo su esplendor.

También aquí encontraremos gran cantidad de bares y cafés, destacándose entre ellos el Café des Deux Magots y también el Café de Flore, elegidos por los intelectuales, por ellos pasaron  personajes como Sartre, Picasso y Simone de Beauvoir entre otros.

En la actualidad sigue siendo un barrio intelectual ya que en el viven varios escritores y artistas.

Entre el Instituto de Francia y la iglesia de Saint Germain estrechas callejuelas se abren paso y albergan varios hoteles, anticuarios, cafeterías y editoriales. Por las noches este es un barrio bien animado.

Vale la pena visitar estos bellos barrios parisinos una manera diferente de vivir y contemplar esta espléndida ciudad.

Sena y Marne, Castillo de Fontainebleau

Siguiendo nuestro viaje por la región de Sena y Marne, visitaremos el espléndido Castillo de Fontainebleau, que fuera descripto por Napoleón como “Obra de siglos, morada de reyes”.

Sus orígenes arquitectónicamente hablando son la adecuación de un castillo construido en el siglo XII por Luis VIII.

El Fontainebleau fue en su época uno de los mayores conjuntos arquitectónicos de Francia y durante siglos los reyes de este país  levantaron en él galerías, pabellones, jardines y escalinatas, además de una obra del año  1568 llamada Aile de la Belle Cheminée. El rey Luis IX también agregó al edificio una cantidad de dependencias siendo de allí en más su residencia.

Puede decirse que es un palacio con belleza y misterio que lo asemeja al de los cuentos de infancia, donde se destaca la evolución del  arte francés a lo largo de los años, desde la época medieval hasta la esplendorosa corte de Napoleón.

Con el devenir de la historia llegaron años de olvido para este majestuoso castillo hasta que Francisco I un monarca poderoso y entusiasta de las letras y las artes, decidió transformar el Fontainebleau en un palacio lujoso.

Fue así que fastuosos proyectos,  reuniendo a los mejores artistas franceses e italianos de la época,  transformaron el castillo en una lujosa y elegante residencia real.

Fueron edificados edificios en torno al Patio Oval y al de la Fuente con una gran galería que se levantó para guardar una bella decoración de pinturas.

Sin mbargo, los tiempos volvieron a hacerse difíciles para Francia llegando los últimos años del siglo XVI, sobre todo por las guerras religiosas, donde el Palacio no recibió demasiada atención.

Así, pasado ese tiempo de controversias el Castillo experimentó su segunda época de gloria, en manos del rey Enrique IV que realizó más construcciones para embellecer tanto el palacio como los jardines que lo rodeaban.

Posteriormente en el siglo XVII Luis XIII levantó la escalinata que tiene forma de herradura justo frente a la entrada principal, Luis XIV le agregó apartamentos para  alojar a los cortesanos y Luis XV en el siglo XVIII decoró las habitaciones más pequeñas con el estilo de moda en esa época que era el rococó.

Posteriormente Napoleón I también modificó y mejoró el palacio dándole una mayor imágen lujosa.

El Palacio de Fontainebleau posee en la actualidad cinco patios el del Caballo Blanco, el de la Fuente, donde hay un estanque con peces, el Patio Oval, el de los Oficios y a su lado el Patio de los Príncipes, donde se encuentran las habitaciones que ocuparan María Antonieta y también Napoleón .

En su interior puede admirarse gran cantidad de salas, siendo una de las más importante el Salón del Trono de Napoleón, la Sala de Baile, el Salón de Juegos, el Tocador de María Antonieta y la Capilla de la Trinidad . Guardando además importantes pinturas del Renacimiento, con obras de artistas franceses e italianos.

El Castillo de Fontainbleau es un sitio de una majestuosa belleza pero apacible y armonioso a la vez y un lugar incomparable para disfrutar en nuestra visita a Sena y Marne.

Foto: Fuente Flickr

Sena y Marné

Al este de la región de la Isla de Francia se encuentra Sena y Marné un extenso territorio predominantemente agrícola, compuesto por 535 municipios que además cuenta con un magnífico patrimonio tanto cultural como arquitectónico y que brinda la posibilidad de conocer lugares excepcionales.

El viajero hallará aquí bellezas naturales como el Bosque de Fontainebleau, un sitio ideal para quienes desean realizar actividades al aire libre rodeados de bellos paisajes, pudiendo disfrutar también de sus bonitos parques y jardines .

Castillos suntuosos como el de Fontainebleau una verdadera joya que representa el arte francés en toda su magnitud y se encuentra perfectamente conservado o  el Castillo de Vaux de Vicompte, una magnífica obra del siglo XVII que sirviera de inspiración para la posterior construcción del Palacio de Versalles.

Pueblos medievales encantadores como Provins  declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, totalmente rodeado de murallas albergando una ciudad medieval colmada de historias con bellas mansiones y monumentos y Moret Sur Loing pintoresca ciudad que se encuentra junto al bosque de Fontainebleau, con un casco histórico rico en arte y cultura guardando tesoros de altísimo valor.

Visita ineludible será también la de la ciudad de Brie Comte Robert, que fuera la antigua capital de Brie, donde el tiempo parece haberse detenido en el siglo XII,  contando su historia a través de monumentos como su fantástico Castillo feudal rodeado de fosos y protegido por altas torres que custiodian también la iglesia gótica de Saint Étienne.

El hermoso Valle de Grand Morin es otro de los atractivos que esta región ofrece,  belleza y naturaleza que sirvió de inspiración a gran cantidad de artistas del siglo XIX como por ejemplo Van Gogh.

Y para los que viajan en familia el famoso parque de atracciones Disneyland París que espera a todos en Marné la Vallée.

Cada lugar de esta región tiene un encanto especial y recorrerla será revivir la historia, tradiciones y costumbres de antiguas poblaciones de Francia.

Lugares a visitar

Ribeauville, un pueblo con varios castillos

Francia maravilla a sus visitantes por sus incontables bellezas, entre ellas,  sus hermosos castillos que podemos ver en infinidad de lugares.

Sin embargo, pocos son los sitios donde podremos encontrar en un mismo poblado tres castillos,  además de otras bellezas arquitectónicas medievales.

La ciudad de Ribeauville perteneciente a la región de Alsacia, que forma parte de la conocida y famosa Ruta de los Vinos de Alsacia, y está a sólo 75 kilómetros de Estrasburgo.

En el pasado era una ciudad fortificada y sus viejas murallas rodean aún hoy parte del poblado.

Su encantadora arquitectura cuenta con diversas construcciones de la era medieval.

Así,  hallaremos casas antiguas y las magníficas iglesias de San Gregorio y de San Agustín.

Sin embargo,  lo que ha hecho tan famosa esta ciudad son sus tres castillos el de Ulrichsburg, el Castillo de Girsberg y el de Hohrappolstein, todos ellos levantados por los señores de Rappoltstein.

El castillo de Ulrichsburg fue construido en el siglo XI, y era utilizado para proteger el acceso a la ruta que unía la llanura con el valle alsaciano, el lugar fue restaurado parcialmente pero lamentablemente mucho se ha perdido a través del tiempo.

Ya el castillo de Girsberg pertenece al siglo XIII y es sorprendente ver como ha sido tallado en la misma roca, dando la impresión de estar literalmente “suspendido”, la construcción se encuentra en ruinas pero vale la pena conocer el lugar ya que el pasisaje desde esa altura permite ver la hermosa llanura alsaciana.

Por útlimo,  el castillo Hohrappolstein, es el que tiene mayor antigüedad y se ha descubierto que en el año 1084 ya existía.  En la actualidad es el único de los tres que se encuentra en procesos de restauración.

Vale la pena hacerse un viaje hasta este bello lugar y conocer así un poco de la extensa historia de la zona y de los pequeños poblados como éste que aún siguen encantando a todos sus visitantes.

París, Plaza del Trocadero

Visitar París es recorrer todos sus lugares tradicionales y entre ellos las plazas que son todo un emblema de esta hermosa ciudad.

La plaza del Trocadero es uno de esos sitios imperdibles,  ya que se obtienen desde allí  las más bonitas vistas de la famosa Torre Eiffel, sobre todo para aquellos aficionados a la fotografía que desean obtener las mejores tomas de los monumentos clásicos de la ciudad.

La plaza se encuentra situada frente a la fabulosa Torre de hierro y pueden verse desde la misma Torre a través de los ventanales de los restaurantes que allí se encuentran, los hermosos jardines del Trocadero en toda su vasta y verde extensión.

El magnífico palacio que se encuentra en la plaza fue mandado a construir por Luix XVIII, cuando iba a llevarse a cabo la Exposición Universal de París en 1787, el diseño de acabado estilo morisco pertenece a Jean Charles Alphand y fue levantado en un terreno de unos 94.000 metros cuadrados justo a espaldas del Palacio de Chaillot.

En el centro de la plaza puede verse la fuente de Varsovia,  una obra de exquisita elegancia diseñada por Roger Henri Expert, siendo el detalle que más se destaca en esta plaza, ya que se encuentra formada por diversos estanques como cascadas y el agua que por ellas corre desemboca en una especie de piscina rectangular.

Además,  los cañones también lanzan agua y producen unas cortinas cristalinas que le dan una mayor belleza al lugar, sobre todo por las noches cuando la fuente se encuentra iluminada.

Existen  varias esculturas que completan la decoración destacándose las que fueron realizadas en los ’30 como La mujer de Bacqué o la de El hombre, del artista Traverse.

Su nombre “Trocadero” se debe a un homenaje por la victoria obtenida por los franceses sobre el ejercito español, en 1823, cuando Francia toma el fuerte de Cádiz en la isla llamada Trocadero.

Un bello lugar para dar un paseo por la tarde, disfrutando de esta magnífica  plaza y sus famosos alrrededores.

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