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Edificado en el siglo XVII como una forma defensiva y de contrarrestar los ataques que la zona sufría por parte de los ingleses, el Fort Boyard impacta no sólo por su presencia poderosa, sino por encontrarse en el mar.

Este monumento histórico, frente a la costa de la ciudad de La Rochelle, pertenece al grupo de fortificaciones que lleva el nombre de Arsenal Marítimo de Rochefort una serie de edificaciones defensivas que se encuentran extendidas a lo largo del estuario del Charente.

El Fort Boyard que mide aproximadamente unos veinte metros en total, fue levantado en un sitio llamado Longe de Boyard, que no es sino que un banco de arena en pleno mar.

El verlo desde tierra es realmente todo un espectáculo y en el lugar se lo conoce con el nombre popular del “barco de piedra” ya que su forma recuerda la de una embarcación.

La construcción de este fuerte fue hecha en varias etapas comenzando en el siglo XVII y sólo acabaron después de la construcción de su segundo nivel en 1857.

A pesar de no haber sido utilizado nunca para el objetivo con el que fue levantado que era una fortaleza de defensa de la región, fue una cárcel, también un hotel, estuvo en manos de particulares hasta que finalmente el departamento de Charente-Marítime lo compró en 1979 y es hoy está dentro de los monumentos de Francia.

Por su tamaño y estratégica ubicación puede ser visto desde varios lugares como desde el Faro de Charisson, el puente que cruza desde la isla de Olerón a Francia continental y también desde Fouras.

En verano se realiza un hermoso show de fuegos artificiales que es el deleite de todo el publico que asiste a él desde las playas cercanas.

Fotos: Fuente Guenard Location

Francia tiene la particularidad de encantar a los turistas con sus hermosas ciudades antiguas. Viejas poblaciones que siguen en pie conservando todo el encanto de la Edad Media y que representan un pasado que puede conocerse recorriendo cada rincón, y que nos permite además, imaginar como era la vida en aquellos días.

Así, en la región de Poitou Charentes, al sudeste de Francia, la ciudad de Angoulême nos presenta dos paisajes diferentes, por una lado encontramos la antigua ciudad que se alza sobre la cima de d’Ecolisma y por el otro hallaremos la nueva  más moderna y pujante.

Esta extraña morfología le otorga sin embargo un encanto especial que la hace interesante de visitar y permite comparar como era y como se desarrolla en la actualidad la vida en este pintoresco poblado de Francia.

El antiguo castillo, donde hoy funciona el Ayuntamiento, custodia ambas ciudades desde lo alto. Es sólo subir hasta la colina rocosa para revivir el pasado de Angoulême rodeada de murallas que le sirvieron para defenderse de sus enemigos, calle estrechas y antiguas casas junto al castillo, que fuera construido en 1840 por los Señores de Angoulême.

Desde las torres del castillo la vista es magnífica, ya que nos permite tener una vista panorámica de toda la región.

Recorriendo la ciudad vieja se destaca el bello Palacio Saint Simón que fuera el lugar donde vivió la familia Saint Simón Montbléru y en el que hoy se encuentra una fundación de arte contemporáneo la FRAC y alberga más de 400 obras de artistas locales y extranjeros.

La Catedral de Saint Pierre una edificación que data del siglo XII nos muestra la belleza singular de aquella época resplandeciente y a pesar de haber sufrido daños en manos de los calvinistas ha sido restaurada conservando todo el encanto que la hiciera famosa. En su fachada se destaca una decoración compuesta de esculturas cuyos temas son la Ascensión y el Juicio Final.

La moderna ciudad de Anguleme posee industrias como la papelera y electrónica, destacándose también por una gran producción cultural, sobre todo en el área de la historieta, habiéndose hecho famoso su Festival Internacional de la Historieta, una reunión anual de autores, editores y lectores de el arte de las historietas.

Para quienes gustan del arte, la historia pero también lo hacen de las ciudades más modernas, en Angoulême hallarán la conjunción perfecta de todo ello.

Foto: Fuente Turismo en Fotos

Una extensa costa y un clima cálido durante el verano son algunos de los atractivos que han hecho famosa la región de Poitou-Charentes como un destino ideal para las vacaciones.

Uno de los lugares que se destaca es la Isla de Oléron, la segunda isla de mayor extensión de Francia y que cuenta con bellísimos paisajes que hacen las delicias de sus visitantes.

Conectada con el continente a través de un viaducto puede también llegarse a la isla por agua una opción que permite admirar mucho más el marco que rodea este sitio.

Bosques y pantanos son el hábitat de una flora y fauna exótica que puede disfrutarse en toda la extensión de la isla, así como sus incomparables playas de aguas tranquilas que hacen las delicias de los más pequeños.

Los amantes de los deportes acuáticos tienen en la isla de Oléron un lugar ideal para la práctica de kayak, surf y windsurf, además de poder disfrutar de un buen juego de golf o tenis y para quienes gustan de la pesca y la navegación encuentran aquí un excelente marco para desarrollar sus pasatiempos.

Sus hermosos paisajes naturales pueden disfrutarse tanto a pie como en bicicleta o a caballo, una alternativa sin igual para los aficionados a la fotografía que encontrarán aquí cientos de lugares donde realizar excelentes obras de arte.

La arquitectura de la mano con la historia nos muestran sitios encantadores como el Château-d’Olèron y Brouage, ciudadelas que fueron concebidas por Vauban ingeniero de Luis XIV.

El Fort Boyard, conocido como el “barco de piedra” llama la atención de todos los visitantes a la isla, esta fortificación se encuentra construida en el mismo océano, entre la ciudad de Rochelle y la Isla de Oléron.

Como no podría se de otra forma los platillos típicos de la isla además de deliciosos se destacan por
ser tradicionales recetas de frutos marinos acompañados de exquisito vino de la isla y frutas exóticas que allí se cultiva.

Un lugar diferente, interesante y realmente exótico para unas vacaciones a pleno sol y naturaleza.

Foto: Fuente Fototravel

Al sur de la ciudad de Rochelle se encuentra la maravillosa isla de Aix, un lugar para visitar y quizás quedarse el fin de semana, teniendo en cuenta que por su tamaño podemos recorrerla en un día o tal vez dos.

Se la conoce también con el nombre de Isla Dais o Isla de Ay y sólo tiene 2 kilómetros de extensión,  pudiéndose acceder a ella utilizando el ferry desde Puerto Pointe de la Fumée y tambén puede llegarse a la isla desde Rochelle y Oléron.

Una pequeña isla llena de naturaleza e historia que hacen una combinación perfecta de un destino encantador y romántico.

La isla de Aix fue mandada a fortificar por Vauban y protegida tiempo después por Napoleón, también tuvo como destino el ser la prisión de los que eran enemigos declarados de la Revolución Francesa y el mismo uso se le dio en la Primera Guerra Mundial.

Pasando esos momentos de fortificación y cárcel el lugar se destacó siempre por sus bellas casas entre ellas la que Napoleón hizo construir y donde pasó unos días mientras planificaba su huida a América, plan que nunca llegó a concretarse. En la residencia funciona en la actualidad un museo dedicado a su memoria.

La bonita iglesia de San Martín y la cripta fueron restauradas en 1970 y se encuentran abiertas al público diariamente.

Para los enamorados que vienen a pasar aquí un fin de semana, existe  la posibilidad de recorrer la isla en un carruaje tirado por caballos, un paseo romántico y divertido a la vez, sobre todo teniendo en cuenta que la isla es muy tranquila ya que no está permitido que circulen autos.

También, en  los alrededores de la isla existen paseos interesantes como visitar el Fort Boyard, el Fort Enet que se encuentran a poca distancia, así como otras islas muy conocidas como la de Ré y Oléron, realizando así una ruta completa que vale la pena recorrer.

Imperdible, esta pequeña y bonita isla de Francia, donde en una escapada de un par de días se puede disfrutar de la naturaleza, el  romanticismo y hermosos paisajes.

Hiers Brouage, es una bella comuna de la región de Poitou Charentes, distrito de Rochefort.

La fundación de la ciudad de  Hiers Brouage se remonta a 1555, época en que era un puerto dedicado al comercio de sal, pasados unos años el puerto comenzó a perder importancia porque no se acreditada en el comercio de este tipo de producto, situación que duró un siglo y luego se revirtió.

Su fortificación, con casi dos kilómetros de murallas rodean la ciudad, edificación que fue realizada por el Cardenal Richelieu en 1635, algo que además de defenderla en esa época dejó intacto para las generaciones futuras gran parte del encanto de ese pasado.

Inmensos portones de entrada daban acceso a la ciudad como la magifica Porte Royale que da la bienvenida a los turistas que hoy recorren sus calles estrechas tratando de recrear ese pasado lejano.

Pintorescos y bonitos edificios de un estilo arquitectónico antiguo como la Halle Aux Vivres uno de los lugares que se destacan con excelentes muros de ladrillo y columnas hechas en piedra.

La iglesia de la ciudad consagrada a San Pedro y San Pablo es anterior en su construcción a las murallas levantadas alrededor de Hiers Brouage habiendo sido restaurada para que conserve su estilo original. Entre los detalles a destacar se pueden ver sus hermosos vitrales y en su interior una extensa muestra que detalla toda la historia de la Nueva Francia.

Otros sitios interesantes para recorrer son el Samuel de Champlain Museum y los Vivres o el Almacén auxiliar de Halle que fueron levantados para almacenar mercaderías y las fuentes que se colocaría en la ciudadela.

Para quienes gustan del turismo histórico encontrarán en Hiers Brouage un sitio ideal para colmar sus expectativas en cuanto a estos antiguos poblados colmados de cultura, arte y leyendas de un pasado que a pesar de estar lejano en el tiempo se encuentra cerca de este mundo moderno.

Foto: Fuente Cartes France