Francia es una ciudad hermosa que recibe cada año miles de visitantes,  que vienen a ella a conocer sus diversas atracciones, ya sea en las grandes ciudades como París o en los pequeños y encantadores pueblos medievales con majestuosos castillos y bellos paisaje que los rodean.

Esas pequeñas poblaciones pueden hallarse en toda Francia pero en el Valle de Loira, la Costa Azul o los Pirineos es donde más pueblos medievales encontraremos, ideales para una de esas escapadas románticas disfrutando de un fin de semana diferente.

Cordes sur Ciel, es una pequeña ciudad cerca de Toulouse, famosa porque en ella han vivido gran cantidad de artistas que han dejado plasmado algo de su arte en este pueblo medieval.

Desde su plaza principal nacen calles estrechas y empedradas que bajan por la colina, con un bello marco de palacios estilo gótico del siglo XIII, entre ellos el palacio llamado La Maison du Grand Fauconnier donde pueden verse colecciones de arte tradicional de Cordes además de las obras del artista Yves Brayer.

Los enamorados encontrarán un bello marco,  para una caminata romántica, en los Jardines del Paraíso un sitio donde la naturaleza y el verde del entorno hacen una combinación perfecta con detalles medievales mezclados con orientales y contemporáneos.

Para admirar todo su arte se han creado en la ciudad cinco museos:

  • El Museo de Arte Moderno y Contemporáneo: Un lugar excelente que cuenta con cuatro salas una la Yves Brayer, dedicada a este gran pintor figurativo del siglo pasado. La sala Verdet con obras de este artista y otras contemporáneas. La Sala de Baskine/Meunier con una exposición de obras de estos dos artistas y el Salón de los Bordados.
  • El Museo de Arte e Historia de Carlos Portal: Donde pueden verse objetos encontrados en excavaciones, además de información histórica de la ciudad para un mejor conocimiento de los visitantes.
  • El Museo de Arte del Azúcar: Increíbles artesanías hechas en azúcar que sorprenden por su belleza y el acabado perfecto que poseen las piezas
  • Arts & Crafts: Artistas y artesanos han encontrado una fuente de inspiración inagotable en Cordes dejando en sus muros todo su arte, además de los talleres donde pueden verse a muchos artistas trabajando y creando sus obras.

Una visita a los viñedos de Gaillac que se encuentran en el bosque de Grésigne ofrece bellos paisajes para quienes son aficionados a la fotografía.

Restaurantes y pequeños hoteles encantadores reciben a los turistas que desean pasar unos días diferentes en este maravilloso lugar.

Su gastronomía es también admirable por la sencillez de sus platos tradicionales que a la vez los hace exquisitos e interesantes por mezclarse con la culinaria moderna, además de su repostería inigualable.

Cordes sur Ciel una verdadera joya histórica digna de ser visitada, conocida y admirada.

Foto: Fuente Eostis

por Elisa

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