Una apacible ciudad situada en la costa oeste de Francia, La Rochelle es considerada uno de los centros con mayores atractivos que pueden hallarse en las costas de Bretaña.
Un sitio que tuvo en el pasado una época de prosperidad pero que fue perdiendo sus edificaciones medievales con el paso del tiempo y en especial en la época de las luchas religiosas.
Sin embargo, conserva su aire histórico que lleva a sus visitantes a evocar una época pasada en la que su puerto era el punto de partida de Francia en busca de nuevos territorios.
La Rochelle se divide en la ciudad vieja y la nueva. Para acceder a la ciudad vieja es necesario hacerlo por la puerta de La Grosse Horloge que era en el pasado la puerta de acceso de la villa fortificada.
Recorriendo la ciudad es posible disfrutar de antiguos y bellos edificios como el Palacio de Justicia, hecho construir por Henri IV y en cuya fachada puede leerse la inscripción “Templo de la Justicia bajo el reino de la libertad y la igualdad; el año segundo de la República Francesa”.
La Maison Henri II, edificada en el siglo XVI, de estilo renacentista representa la elegancia de un pasado lejano, al igual que el hotel de la Bourse, una edificación del siglo XVIII, que fue llevada adelante por los comerciantes de la ciudad y donde hoy funciona la Cámara de Comercio.
Con casas de arquitectura tradicional se entremezclan con edificios nobles de piedra y es posible así admirar La tour de la Lanterne, construcción realizada al borde del mar donde se distinguen sus murallas siendo en otra época una torre-faro, razón por la cual es ideal para quienes deseen una vista perfecta hacia las islas.
El Puerto Viejo se distingue por ser un recinto que posee sólidas defensas destacándose la Torre de San Nicolás que fue levantada sobre pilares de roble. Esta torre de San Nicolás fue construida a mediados del siglo XIV para reemplazar a otra que se encontraba en el lugar.
Justo enfrente puede verse la Torre de la Chaîne, (torre de la cadena), edificada en el siglo XIV y restaurada entre los siglos XIX y XX.
Un permanente conflicto religioso en la antigüedad hizo que desapareciera casi todo el arte religioso de la ciudad, así puede verse la Catedral de la ciudad o en realidad lo que sobrevivió a un templo originario del siglo XIII. La catedral de San Salvador fue construida en el siglo XIII y destruida en el siglo XV por un incendio, luego fue reconstruida y las continuas guerras religiosas la dañaron seriamente por ello la actual es en parte de estilo gótico y el resto pertenece al siglo XVIII.
Una gran variedad de museos existen en La Rochelle, como el Museo de Bellas Artes, el Museo Marítimo, el de Historia Natural, y el Acuarium por nombrar algunos.
Su puerto ya no es el bullicioso sitio que era ya que la mayor parte del tráfico se ha trasladado hacia otra zona, pero La Rochelle ha conservando sin embargo, un gran ambiente apto para el turismo.
Foto fuente: La Rochelle France