En Francia es posible visitar infinidad de edificios tanto históricos como religiosos, la mayoría de ellos de gran importancia a nivel cultural. La región de Normandía es  conocida y famosa por la gran cantidad de abadías que pueden encontrarse en su territorio, siendo todas ellas objeto de visita por parte de los turistas.

Así, la Abadía de La Lucerne se encuentra situada justo en el corazón de bello entorno natural del departamento de Manche. De puro estilo romanesco este edificio fue construido en el siglo XII y se encuentra en el Valle del Thar con un paisaje verde al su alrededor que le otorga un aire encantador.

Su nombre completo es la Abbaye Sainte Trinité de La Lucerne y de su larga historia pueden verse huellas dejadas en sus muros.

Construida siguiendo la sobriedad muy particular del estilo cisterciense, llama la atención su torre de estilo anglo-normando, además de ser la primera abadía norbertina de Normandía. La Guerra de los cien Años estuvo a punto de acabar con ella y tras los ataque sufridos fue reconstruida en el siglo XV.

Posteriormente y durante la Revolución Francesa se la convirtió en un molino de algodón y funcionó como tal durante muchos años hasta que se decidió demolerla, con el sólo objeto de darle algún uso a las piedras que forman sus muros.

Afortunadamente en el año 1959 se comenzó su reconstrucción creándose la fundación que lleva su nombre como un intento de devolverle a la población del lugar una antigua joya de inestimable valor histórico y arquitectónico, Hoy puede ser visitada por todos aquellos que desean conocer un poco más de la historia de esta región de Francia.

También, la Abadía de Lonlay es un claro ejemplo del tipo de construcción de la época en que fue fundada (año 1017) por Guillaume Talvas de Bellême, Señor de Domfort.

Se trata de un tipo de construcción de belleza muy particular. Durante muchos años fue un monasterio benedictino de la orden Fleury-sur-Loire, pero luego tuvo una historia de desgracias con varios incendios y saqueos, y durante la época de la Revolución Francesa sólo tres monjas la habitaron.

En la actualidad, se conserva sólo una parte de ella rodeada de un hermoso paisaje de bosques  junto al río Egrenne, allí puede apreciarse lo que ha quedado de ella, el coro y el crucero de la iglesia ya que tanto los claustros como la nave no han sobrevivido hasta nuestros días.

Han quedado sus macizos muros de granito y en su interior estatuas talladas, sus columnas románicas y algo que tuvo origen en la Abadía que fue la preparación  de galletitas de Lonlay, cuya fábrica puede visitarse en la actualidad.

Foto: Fuente Web Tournaire

por Elisa

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