Francia, ya lo hemos visto en otros artículos, se distingue por la gran cantidad de castillos que posee, sobre todo en cierta regiones. Muchos de ellos conservados a través de los siglos de manera excelente y que han llegado hasta nuestros días otorgándonos el placer de poder admirarlos.

De otros sólo quedan ruinas que nos permiten imaginar en el mejor de los casos, lo hermosos que fueron en sus épocas de gloria.

Las ruinas del Castillo de Puivert son un ejemplo de cómo a pesar de no haberse podido conservar en todo su esplendor, su enorme belleza sigue estando presente.

El Castillo de Puivert, conocido también con el nombre de Castillo Cátaro, se encuentra en la región de Languedoc-Roussillion, exactamente en el departamento de Aude, en lo alto de una colina y dominando desde allí toda la población incluyendo el hermoso lago que corre a sus pies.

Con una altura de 605 metros de alto ofrece desde ese punto vistas excelentes de todos los alrededores, este castillo al sur de Carcassonne fue clasificado en 1902 como Monumento Histórico de Francia.

En sus orígenes, en el siglo XIII el primer castillo edificado donde hoy se encuentra el de Puivert fue habitado por una familia de nombre Congost. Ese castillo fue destruido por el ejército al mando de Thomas Pons de Bruyère pasando así a los dominios de los “barones del norte” , pero unos años después la represa que se encontraba en el lago se derrumbó y destruyó casi toda la propiedad.

Así, el nieto de Bruyère, hizo construir un nuevo castillo cuyas ruinas son las que actualmente pueden visitarse.

Este castillo fue edificado al este del anterior  y la idea al construirlo fue que cumpliera con funciones netamente militares, ya que por su ubicación era excelente como sitio de vigilancia y defensa del lugar.

Existe una parte interior del castillo que puede ser visitada y que aún conserva el Salón de los Músicos (la Salle des Musiciens) donde es posible apreciar las esculturas de instrumentistas, hermosas obras de arte que representan músicos ejecutando sus instrumentos, haciendo notar la importancia de este arte para la época.

Hoy pueden apreciarse sus murallas y cinco de las ocho torres con las que contaba en su época de mayor esplendor.

El de Puivert situado en el llamado Sendero Cátaro que va desde el Mediterráneo a Montsegur se hizo célebre en su época por haber resguardado a los Trovadores del Languedoc.

Foto: Fuente Trekearth

por Elisa

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