Con la llegada del invierno vuelve la nieve, y con ella la oportunidad de disfrutar de nuestro deporte favorito con una ruta única por cinco de las estaciones tradicionales de los Alpes Franceses.
Comenzamos por uno de los más espectaculares complejos de esquí del país, que fue sede del Campeonato del Mundo de la disciplina en 2009, todo un motivo orgullo para sus habitantes.
Val d’Isère (Saboya) 1785–3300 m
Pese a ser considerada una de las estaciones tradicionales, no encontrarás aquí la típica estación familiar repleta de familias y clientela local: aquí se ofrece una gran oferta de pistas, a unos niveles que rozan la exageración, motivo para que miles de turistas extranjeros ocupen sus instalaciones en cuanto comienza la temporada de esquí. Val d’Isère se las arregla, además, para crear un ambiente acogedor y el trato al cliente suele ser excelente.
Les Contamines-Montjoie – Alta Saboya – 1160–1900 m
Un lugar donde una joya del barroco, como es la propia estación, se da la mano con el deporte extremo. El famoso Super-Slide, las zonas X-Games y un monstruoso half-pipe suponen un atractivo para los amantes del esquí y el snowboard más radical. Si a esto le sumamos los rides nocturnos, con una iluminación espectacular y el Mont-Blanc como testigo, ya tenemos el paraíso para aquellos que disfrutan con la vertiente más salvaje de la nieve.
Sixt-Fer-à-cheval – Alta Saboya – 800–1600 m
Si somos de los que no nos sentimos muy cómodos con la dificultad de las pistas de las dos estaciones comentadas, llega el momento de disfrutar con unas instalaciones muy adecuadas para los que dan sus primeros pasos con los esquís. Además, el pueblo es considerado uno de los más bellos del país, lo que supone un más que justificado motivo para dedicar unos días a Sixt-Fer-à-Cheval.
Si vamos en grupo y los más experimentados se aburren, siempre pueden lanzarse al Gran Macizo cruzando Samöens. También, y con la excusa de que Francia es cuna de la ruleta, pueden visitar el Casino de Evián y probar suerte en las mesas, o simplemente disfrutar con una de sus mundialmente famosas aguas.
Samoëns – Alta Saboya – 720–2500 m
Una de las virtudes de Samoëns es no haberse abandonado a la especulación inmobiliaria vivida con la conversión del esquí a deporte de masas. Es el lugar perfecto para aquellos que buscan vivir la experiencia de la auténtica vida saboyana, y a esto se suma que su estación, situada en el Gran Macizo, ofrece pistas con un punto de dificultad extra, que encantará a los más veteranos.
Châtel – Alta Saboya – 1200–2200 m
Situado en el corazón del valle de Abondance, llegamos a una estación más tranquila, donde el disfrute de la riqueza arquitectónica local y sus paisajes suelen ocupar más tiempo que las bajadas por las pistas. Châtel, además, ofrece la posibilidad de esquiar en Suiza, ya que su pueblo está muy cerca de la frontera, y forma parte de Les Portes du Soleil.