Naturaleza y paisajes diversos, tierra de contrastes entre el mar y las montañas, con una extensa variedad de actividades y sitios para conocer, el Sur de Francia ofrece excelentes posibilidades de disfrutar de unas vacaciones inolvidables.
Así la Riviera francesa es una región maravillosa con marcados contrastes que la hacen única, diversidad de actividades recreativas que pueden realizarse además de la oferta de eventos culturales a nivel internacional.
Languedoc-Rosellón sorprende a sus visitantes con un rico legado histórico y cultural entre ellos Carcassonne, Canal du Midi y el Pont du Gard, son sólo algunos ejemplos que se suman a números museos y más de doscientos kilómetros de playas y parques regionales.
Poitou-Charentes se ha hecho famosa y conocida como la región del coñac, con un legado romano que es realmente magnífico. Varias poblaciones que fascinan a los amantes de combinar pueblos de interés histórico con extensas playas a lo largo del litoral.
Ya el Macizo Central presenta una zona espectacular con diversidad de sitios destacados, un recorrido por las regiones de Auvernia y Lemosín permite descubrir innumerables riquezas paisajísticas, magníficos castillos, iglesias románicas y una culinaria tradicional excelente.
Ródano – Alpes es también una región de variada belleza que incluye los Alpes Franceses y el Valle del Ródano, famosa por sus viñedos y su cocina típica montañesa. Aquí se encuentran las mejores estaciones de esquí, poblados históricos y paisajes espectaculares enmarcados por hermosos lagos.
Otra de las zona con viñedos donde puede recorrerse alguna de las varias rutas del vino es Aquitania, que desde los Pirineos hasta los verdes valles de la Dordoña permite disfrutar de lugares históricos colmados de pintorescas y antiguas ciudades, castillos y hasta cuevas prehistóricas, además de magníficas playas.
Para quienes gustan de poblados medievales haciendo un viaje imaginario a esa época encantadora los Pirineos Centrales ofrecen lugares encantadores, incluyendo el famoso camino de Santiago de Compostela, el museo de Toulouse-Lautrec, en Albi y explorar
Dordoña o llegar Lourdes, considerado el segundo santuario cristiano más grande del mundo.
Una exuberante y bella isla es la de Córcega, conocida como la isla de la belleza y la Isla de Guadalupe con su característico mar de color turquesa con playas de arena blanca en contraste con el verde de la naturaleza que le sirve de marco.
Con el marco sorprendente del Mar Caribe y del Océano Atlántico, la isla de Martinica encanta a sus visitantes, con paisajes y perfumes diferentes.
Pero además, los territorios franceses se extienden por el Océano Indico, el Pacífico y el Mar Caribe donde el sol y los paisajes exóticos dominan las vistas con lugares increíbles para descubrir.
