Francia

Author - Elisa

Carcassonne

Capital del departamento de Aude, situada en la región Languedoc-Rosellón (Francia), la ciudad amurallada de Carcassonne fue declarada en el año 1997 por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad .

Ubicada a medio camino entre Perpiñán y Toulouse, al sur de Francia, es una antigua ciudad medieval que se asoma en la colina, un verdadero tesoro que el tiempo ha dejado llegar hasta nuestros días con todo el encanto, una ciudad que no puede dejar de visitarse en un viaje a Francia.

Llegando a Carcassonne puede ingresarse libremente a la mayor parte de la ciudad y requieren de entrada la visita a los castillos y las torres.

Para entrar a la ciudad se debe atravesar un puente levadizo que se encuentra sobre un foso que ya se encuentra seco y ver los muros dobles que transformaron en el pasado a Carcassonne en un sitio impenetrable. Puede caminarse por la parte externa de las murallas obteniendo desde aquí una magnífica vista tanto de ésta como de sus alrededores.

Sus calles colmadas de tiendas que venden souvenirs, como castillos en miniatura, hacen las delicias de los turistas existiendo también varias cafeteríasy bares donde disfrutar de algunas de las delicias de la culinaria local.

Saliendo de lo que sería la zona netamente comercial y caminando por sus empedradas calles podremos observar la belleza y el encanto de esta ciudad medieval con sus magníficas casas de piedra con más de dos mil años de historia.

La nueva ciudad de Carcassonne se desarrolló durante el período de Felipe III quien mandó realizar el refuerzo de los muros. Sin embargo, ésta dejó de tener importancia en el plano militar durante los siglos XVII y XVIII y algunos de sus muros se derrumbaron, para ser restaurados recién en el siglo XIX por el gobierno de Francia.

Además de la ciudad antigua y medieval un castillo sorprenderá a los visitantes, así como varios edificios de atractivo arquitectónico, histórico y cultural

El bonito Canal du Midi cruza la ciudad y regala una postal imperdible representada por sus barcos amarrados junto al puente, siendo una posibilidad excelente la de alquilar una embarcación y recorrer la ciudad atravesando el Canal.

Carcassonne, es visitada anualmente por más de tres millones de viajeros por lo cual posee una infraestructura hotelera importante como el pintoresco hotel que data de 1920, cercano a la estación de tren, sus restaurantes, cafeterías y bares también ofrecen un servicio excelente, brindando una estadía confortable al turismo.

Por otra parte, la estadía en la ciudad brinda la posibilidad de conocer las regiones que forman la Provenza y el Languedoc, contando además con aeropuerto propio algo que facilita enormemente la llegada de los viajeros.

Ruta de los cátaros

En la región de Languedoc Rosellón se encuentra la ciudad de Carcassonne, capital del departamento de Aude, muy cerca de Toulouse, que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad en 1997.

Es una sensación indescriptible verla aparecer ante nuestros ojos. Sobre la colina majestuosa la ciudad medieval nos recibe junto con el río Aude que corre a su alrededor, con sus murallas y torreones que en el pasado resistieron cientos de asaltos.

Íntimamente ligada a la historia de los cátaros (movimiento religioso de carácter gnóstico), Carcassonne es en la actualidad una de las ciudades que forma parte de la ruta turística de los cátaros, debido a que durante mucho tiempo sus habitantes se encontraron divididos en sus creencias. Unos fieles a la Iglesia Católica Romana y otros a catarismo.

En esa época estas ideas fueron consideradas herjías y los cátaros fueron perseguidos y casi totalmente exterminados, siendo las murallas de Carcassonne mudos testigos de las acciones que los religiosos católicos realizaron contra los cátaros.

Para acceder a la ciudad se debe pasar primero bajo la Barbacana de San Luis donde podremos contemplar el busto de la princesa Carcass, luego atravesaremos la puerta de Narbona. Una vez dentro de la ciudad encontraremos la Rue de Cross Mayreville con tiendas típicas para comprar todo tipo de productos tradicionales de la región.

Siguiendo el recorrido hallaremos la Plaza Marcou, la Rue do Plo y a un lado la Rue Trencavel. Llegamos así a la antigua catedral y ahora  Basílica de St. Nazaire con su bella torre estilo gótico.

Precisamente en la Basílica es donde se encuentra la Piedra del Sitio, la que manifiesta una buena parte de la terrible historia que vivieron los cátaros cuando fueron sitiados en Carcassonne. Puede también subirse hasta la torre de la Basílica , desde donde la vista es espectacular.

Visitar el Castillo Comtal es un punto obligado del itinerario. Esta construcción es realmente una fortaleza dentro de la ciudad, ya que se encuentra rodeada con sus propias murallas, un foso y torreones.

En  Carcassonne existen varias plazas pequeñas donde pueden disfrutarse los exquisitos platillos de la culinaria francesa, tanto dulces como salados.

Esta ciudad posee una doble muralla y entre las dos se encuentra el llamado Paseo de las Lizas donde en la antigüedad se realizaban diversidad de competencias y torneso.

Por último y antes de salir de Carcassonne es imprescindible tomar unas  buenas fotografías del lugar para guardar de recuerdo de esta ciudadela tan bonita, misteriosa y extraordinaria como no existe otra en el mundo.

Languedoc-Rosellón

La región francesa de Languedoc-Rosellón comprende cinco departamentos Aude, Gard, Hérault, Lozère y Pirineos Orientales encontrándose ubicada al suroeste de Francia entre el Monte Lozère y el Maciso de Canigou.

Se caracteriza por tener un clima suave y soleado con una increíble diversidad de paisajes y donde tendremos la posibilidad de emprender diferentes destinos.

Con un bellísimo litoral preservado, un patrimonio cultural inmenso, ciudades pintorescas y una gastronomía de alta calidad, son apenas algunas de las tantas cualidades de esta región.

Protagonista de cientos de acontecimientos históricos,  visitarla y recorrela representa hacer un viaje hacia el pasado, del que participan castillos, ruinas, fortalezas y abadías, combinando distintas épocas y estilos como el románico y el barroco.

Sus viñedos pueden verse por toda la región del Languedoc haciendo de esta zona de Francia una de las grandes áreas vitivinícolas del mundo, que compiten a la par con las mejores denominaciones en vinos.

Sus bellos paisajes alternan bonitas playas, lagunas, mesetas y montañas, excelentes para la práctica de varios deportes y para quienes gustan del arte y la arquitectura, hallarán aquí lugares maravillosos con numerosos monumentos históricos.

Así, en Aude podremos disfrutar conociendo sus cuevas prehistóricas, abadías y castillos, en Gard hallaremos sitios como el Macizo de Cévennes excelentes para la práctica de senderismo, el popular Puente del Gard y la hermosa ciudad romana de Nimes.

Ya en Hérault su naturaleza montañosa, sus playas y sus centros turísticos nos darán la posibilidad de un merecido descanso disfrutando del sol y el mar, y conociendo la capital de Languedoc-Rosellón, la ciudad de Montpellier.

En los Pirineos Orientales podremos optar por las montañas, bosques y playas y en Lozère visitar el monte que lleva su nombre  y quedar fascinados por los bellos bosques de La Margeride y las generosas gargantas del Tam.

En definitiva, toda la región de Languedoc-Rousillon nos ofrece la oportunidad de desarrollar diversas actividades y optar entre una enorme cantidad de propuestas interesantes.

Ciudades

Lugares para visitar

Saint-Malo

Con una gran muralla de granito que la rodea Saint Malo se encuentra en el norte de Bretaña y muy cerca de la frontera con Normandía. Siete puertas dan acceso a la ciudad de la cuales la más famosa es St. Vincent y la de mayor belleza la Grande Porte.

St. Malo y St. Servan son las dos poblaciones que conforman la ciudad, ubicándose los primeros habitantes en St. Servan y trasladándose luego dentro de la zona amurallada de St. Malo.

En la antigüedad esta ciudad era el refugio para corsarios protegidos por el gobierno de las amenazas de los ingleses, siendo también la piratería la que posibilitó que el lugar creciera en su economía construyéndose hermosas mansiones en la ciudad.

La Catedral de St. Vincent levantada en el siglo XII es realmente un espectáculo digno de ver con sus vidrieras coloridas y luminosas.

Actualmente se encuentra conectada al continente y es uno de los lugares más visitados en Bretaña. Por fuera se la ve solemne y hasta severa pero una vez dentro,  caminar por sus calles adoquinadas es disfrutar de la belleza de esta ciudad con edificios y monumentos que datan del siglo XVIII junto a hoteles, restaurantes y tiendas todo a disposición de los turistas que llegan incesantemente.

Una visita al Castillo de St. Malo y al Grand Aquarium será inolvidable, ya que puede viajarse en submarino con la posibilidad de ver barcos hundidos en sus costas. También,  para quienes desean conocer más a fondo la historia de la ciudad pueden visitar el Museo de Historia.

Al bajar la marea pueden observase bellas y amplias playas que edifican puentes de tierra hacia las islas que se encuentran enfrente,  como la Fort Nacional, una antigua prisión y la Ile Du Grand Be.

También, desde St. Malo pueden visitarse las Islas del Canal de la Mancha ya que existen ferrys que realizan el viaje.

Monte Saint Michel, un clásico de Francia

Francia posee una gran cantidad de lugares para visitar que han marcado en algún momento los destinos y la historia de este país.

El Monte Saint Michel es uno de ellos, conocer su historia nos hará sentir lo maravilloso que es estar en un lugar que es único en el mundo, un sitio en donde en el año 709 se levantó la Abadía, para rendirle tributo al arcángel San Miguel.

Sobre una isla que tiene unos 900 metros de circunferencia y con un pequeño pueblo que la rodea, se encuentra la Abadía, para llegar hasta el Monte Saint Michel se debe ir por la Gran Vía que es el único acceso por tierra para llegar hasta la isla.

Un pequeño pueblo rodea la Abadía, sus habitantes reciben a los turistas diariamente y viven de las artesanías que les venden como recuerdo de su visita al lugar. En este poblado podremos visitar la iglesia de St. Pierre y un pequeño edificio que fuera construido en el siglo XVI que se encuentra muy bien conservado. Tras caminar sus calles empinadas llegaremos a la Abadía.

Allí veremos todo el conjunto que comprende la Iglesia, la Abadía románica al oeste y la Mervell al norte, donde también hallaremos el famoso claustro que fue construido por los monjes benedictinos en el siglo XIII. Muchos fieles llegan a ella para, conocerla, rezar y cumplir promesas.

El Monte Saint Michel ha sido declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, merecido homenaje a una obra espléndida que nos fascina con su belleza y magnitud.

Lo extraordinario de este lugar es que es que cuando la marea sube deja tanto el pequeño poblado que la rodea como a la misma Abadía solamente unida a tierra firme por su carretera. Este fenómeno ocurre dos veces por día y con anticipación las campanas de la iglesia repican para dar aviso a los habitantes.

Una maravilla tanto arquitectónica como histórica, un lugar increíble para conocer y admirar.

Loira, recorriendo sus castillos

Visitar iglesias, monumentos y palacios es algo sensacional, pues mucho más es poder visitar un castillo.

En Francia podemos disfrutar de visitar no uno sino varios castillos y sentirnos transportados a otra época y vivir por algunos instantes el Renacimiento.

Entre las ciudades de Nantes, Argers y Tours, en el curso del río Loira, plena campiña francesa,  un gran número de castillos aparecen ante nuestros ojos, para maravillarnos con su belleza y elegancia.

Muchos de ellos fueron la residencia de nobles y en otros llegaron a habitar reyes, la mayoría son de los siglos XV y XVI y son parte integrante de una extensa zona de unos 280 kilómetros de río que ha sido declarada como Patrimonio de la Humanidad.

El circuito para conocer estas bellezas de la antigüedad puede ser hecho de varias maneras,  una de ellas es en bicicleta, ya que el terreno permite realizar un tranquilo paseo disfrutando de paisajes de ensueño.

Además, entre Tours y Angers se encuentra habilitado un circuito de 120 kilómetros que va  junto al río y nos lleva hasta los castillos.

Otra forma de realizar el recorrido y poder apreciar toda esta bonita región,  es alquilando una embarcación, una de las ventajas es el poder hacer una o varias paradas durante el trayecto.

Cerca de cien castillos es posible visitar a través de todo el valle, pudiéndose hacer el recorrido de forma autónoma o contratar,  las visitas guiadas que son muy entretenidas ya que actores de teatro narran leyendas del lugar y de los castillos.

Los meses de julio y agosto son los mejores para hacer este bonito viaje. Esta es la época en que se organizan en los castillos como el de Chambord, Blois, Chenonceau o Amboise entretenidos espectáculos y representaciones nocturnas de luz y sonido.

También existe la posibilidad de alojarse en algún castillo ya que muchos de ellos se encuentran acondicionados para brindar este servicio de hotelería a los viajeros.

Entre  los castillos más bonitos para visitar se encuentran el  de Angers, en esta ciudad existe una muralla que posee diecisiete torreones medievales y su Castillo Saumur fue levantado en el siglo XIV, tanto este edificio como los bosques que lo rodean fueron los inspiradores del cuento de La Bella Durmiente.

El Castillo de Villandry es otro tesoro que hay que ver y sobre todo los hermosos y cuidados jardines que lo circundan.

Uno de los mejores de todo el Valle es el de  Chenonceau, además, según cuenta la historia fue aquí que se disputaron la preferencia del Rey Enrique II, Catalina de Médicis y Diana Poitiers.

Un viaje maravilloso, unas vistas espectaculares y la sensación de haber sido transportados en el tiempo y ser un noble o un rey viviendo las aventuras de esa época de los caballeros y las bellas damas.

Si algo que fascina a quienes viajan a Francia son sus castillos. Bellos y llenos de misterio, nos cuentan historias de un pasado,  que a pesar de estar lejano a través de ellos podemos recrear esas épocas llenas de aventuras y también romances.

Desde Orleáns hasta Nantes y siguiendo el curso del río Loira podremos ver los más bellos castillos que existen en Francia. Los hay más pequeños y también elegantes y suntuosos.

En la actualidad muchos de ellos son hoteles de lujo y otros se encuentran abiertos para que el público pueda visitarlos y admirarlos por dentro y por fuera.

Veamos algunos de los que pueden ser visitados:

  • El Castillo d’Azay-le-Rideau: Una construcción que data del siglo XVI, fue de los primeros castillos en Francia edificados en estilo renacentista. Se encuentra en una isla del río Indre y como salido de un cuento podremos admirar sus torres, su foso y un hermoso paisaje que lo rodea.
  • El Castillo de Amboise: Este castillo fue transformado en palacio real por el rey Carlos VII, que a mediados del siglo XV lo tomara para sí. Posteriormente Francisco I vivió en él e invitó a Leonardo da Vinci a pasar una temporada. El artista vivió en el castillo durante cuatro años hasta su muerte.
  • El Castillo de Blois: Un extraordinario y bello castillo construido en el siglo XIII, fue residencia del Rey Luis XII y donde Juana de Arco recibió la bendición del arzobispo de Reims en la jornada anterior a la batalla de Orleáns.
  • El Castillo de Chenonceau: Dueño de una gran belleza es uno de los más grandes castillos de Loira, construido por thomas Bohier entre los años 1515 y 1521 algunas áreas se asoman al río Cher. En él vivieron varios reyes inclusive Catalina de Médici.
  • El Castillo de Chambord: El más grande los castillos que existen en Loira, llamado como el Versalles del siglo XVI, construido en el año 1519 por el rey FranciscoI. Rodeado de bosques en un entorno maravilloso podremos visitar algunas de sus 440 habitaciones.
  • El Castillo de Valencia: Hermoso castillo de arquitectura renacentista, Napoleón lo compró con la idea de recibir a sus visitantes iluestres. Es una verdadera obra de arte.
  • El Castillo d’Ussé: Bello castillo que se encuentra en el bosque de Chinon fue la inspiración del escritor Charles Perrault para crear el famoso cuenta de la Bella Durmiente.
  • El Castillo de Villandry: Construido en 1536, fue adquirido por Napoleón para obsequirselo a su hermano. Su maravilloso jardín impresiona por su perfección y colorido. Fue adquirido en 1906 por Joaquim Carvalho quien junto a su esposa Ann se encargaron de convertirlo en uno de los mejores castillos del mundo.

Recorrer estos hermosos monumentos es un viaje inolvidable que quedará enel recuerdo por siempre como un momento muy especial.

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