Francia

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El Castillo de Beauregard

Algunos castillos en el Valle de Loira tienen un inicio incierto,  ya que a pesar de ser hermosas joyas de la arquitectura de diferentes épocas y con distintos estilos, todos ellos excelentes, sucede que  de muchos no se sabe demasiado sobre cómo y cuándo comenzaron a ser construidos.

El Castillo de Beauregard, es un ejemplo de ello, ubicado originalmente en un coto de caza perteneciente a Luis XII, se cree que iniciadas las primeras obras fue comprado por Jean du Thier en 1544, siendo él quien continuó las mismas.

El Castillo de Beauregard cuenta con magníficos frescos que se encuentran en la habitación que funcionaba como cámara real y también en una gran galería con un hogar de estilo italiano que se conserva en perfecto estado.

En 1617 Jean du Thier vende su castillo para Paul Ardier, siendo él quien realizó la mayor parte de la decoración de esta bella obra de arte. Fue suya la idea de construir una obra magnífica la enorme galería de retratos de más de trescientos personajes importantes de la historia.

Todo el castillo se encuentra rodeado por un extenso parque, por su belleza y elegancia fue declarado Monumento Histórico en 1992, época en que se comenzaron los trabajos de restauración del lugar para devolverle todo el glamour que había tenido en el pasado.

Castillo de Brissac

El Valle de Loira se caracteriza por su gran belleza natural y por albergar numerosos castillos muchos de ellos verdaderas obras de arte arquitectónicas.

Uno de esos espectaculares palacios es el bello Château de Brissac, que se ha hecho famoso por su belleza edilicia,  como también por ser el sitio donde se lleva a cabo todos los años el Festival del Valle del Loira. Además, posee un programa de visitas guiadas y una variedad de actividades para disfrutar en sus extensos parques.

Con ambientes que reflejan el estilo propio de la Francia del siglo XVII, este castillo comenzó a edificarse en el año 1610 a pedido de Charles de Cossé, el primer duque de Brissac. Anterior a esta construcción existió allí un castillo que actuaba como fortaleza y que fue destruido.

El castillo de Brissac sufrió graves daños en la época de las Guerras de la Religión y Carlos II de Cosse lo reconstruyó  con la ayuda de Enrique de Navarra quien realizó una donación para realizar las obras.

Con los acontecimiento de la Revolución Francesa sufrió nuevamente saqueos y quedó casi totalmente destruido, sometido a un arduo trabajo de restauración se logró rescatarlo y fue conservado hasta hoy, pudiendo visitarse las suites Marquis y Luiz XIII, como también las habitaciones de los Cazadores.

Adornan el lugar cristalerías venecianas, tapices persas y una gran variedad de pinturas francesas. Inclusive, posee una sala de conciertos mandada a construir por la Marquesa de Brissac, Jeanne Say, donde suelen acontecer espectáculos de ópera.

También, es conocido, según una vieja leyenda, como el lugar elegido por los espíritus de una pareja de amantes que recorren su interior y que  según los dichos serían la esposa de Jaques de Breze que fue asesinada allí junto con su amante, cuando su marido descubrió el engaño.

Románticos jardines y los famosos viñedos de Brissac le dan el toque de belleza natural en un entorno delicioso, a un lugar que ha tenido siempre ilustres visitantes y que hoy es admirado por todos los que tienen la suerte de llegar hasta aquí.

Navidad en los Castillos del Valle de Loria

Loira una región colmada de bonitos y antiguos castillos que ofrecen divertidas animaciones y pasatiempos para los niños y también para los adultos  durante la Navidad.

El Valle del Loira se distingue por celebrar las fiestas navideñas de un modo muy particular, con elegancia y buen gusto esta región de destaca por sus tradiciones y manifestaciones artísticas y culturales. Tanto las ciudades como los castillos que en ellas se encuentran festejan la Navidad de manera entusiasta y especial.

Decorados con bonitos adornos todo se prepara para que sus visitantes disfruten de una verdadera Navidad con encanto y magia.

Así cercanos al calor de una chimenea,  cuentos y leyendas parecen hacerse realidad con visitas guiadas a la luz de velas, ingeniosos concursos sobre la decoración de árboles navideños, diversos juegos de animación y el encuentro con Papá Noel que siempre culmina con una mesa festiva para celebrar esta fecha tan importante en torno a la mesa familiar.

En algunos castillos del Valle como en el de Chamerolles se brinda a los visitantes la posibilidad de realizar una visita guiada con la particularidad que los guías pertenecen a una compañía de teatro y de una manera amena y divertida vivirán la experiencia de preparar una mesa para Papá Noel, mientras los niños disfrutan de cuentos alusivos y se disfrazan con hermosos trajes de época.

Este tipo de visitas se hacen antes de la noche de Navidad durante todo el mes de diciembre y es una de las más concurridas por los turistas que desean vivir una experiencia que los vuelva a su niñez.

Ya en el Castillo de Ferté-Saint-Aubin, el espectáculo está totalmente dedicado a los pequeños que podrán disfrutar de varias actividades como tocar el piano, la conquista de la isla encantada y visitar entre otras la Fortaleza de Madera. También, se realiza un recorrido por las antiguas y misteriosas bodegas del castillo bajo la luz de las velas. En tanto los turistas hacen esa visita los pasteleros del castillo preparan deliciosos pasteles en los “Talleres de Papá Noel”.

En el Castillo de Gien, existen demostraciones hechas con trineos tirados por perros, también se arman talleres especiales de artes plásticas que tienen como tema principal “La Navidad Blanca” y todos podrán deleitarse con una excelente merienda de Navidad repleta de dulces.

El Castillo de Meung-sur-Loire brinda un espectáculo de efectos especiales con luz y sonido mientras los visitantes recorren las salas del castillo, donde hallaran mesas y chimeneas decoradas especialmente. También,  podrán contemplar los árboles de Navidad que se encuentran armados en el Patio de Pompas del castillo.

En el Castillo de Sully-sur-Loire la diversión está garantizada para los más pequeños que pueden recorrer el castillo de forma diferente a través de juegos animados, búsqueda de personajes y la caza del tesoro, terminando la visita con una merienda de Navidad.

Canciones y cuentos de Navidad pueden disfrutarse en el Castillo de Saint-Brisson sur Loire, además de deleitarse con las canciones de los trovadores que se encuentran en varias salas del castillo. Se realiza un concurso de árboles navideños donde los visitantes pueden armar el árbol de Navidad que siempre soñaron y los ganadores tendrán sus obras de arte expuestas en el patio del Castillo.

Un viaje al pais de los sueños con castillos, trineos, dulces navideños, canciones y hasta  Papá Noel en persona, todo esto puede disfrutarse en la Navidad de los Castillos en Loria.

Foto: fuente Paris Cyti Rama

El Castillo de las mujeres

Conocido por todos como el Castillo de las Mujeres, Chenonceaux forma parte de los castillos que pueden visitarse en el Valle del Loira.

Su nombre se debe a la estrecha vinculación con las damas de la corte de Francia que históricamente se le atribuyeron, Diana de Poitiers y Catalina de Médicis, entre otras influyeron en su estilo y en su destino.

Construido por Thomas Bohier, este hermoso edificio del siglo XVI, de neto estilo renacentista,  se encuentra rodeado de bellos parques y jardines. Además, el castillo cumple también la función de puente ya que se encuentra apoyado en cinco arcos, que fueron anteriormente los pilares de un molino fortificado y que lo separan del cauce del río Cher, detalles que lo transforman en uno de los más originales y bonitos del Valle.

Su historia es muy extensa ya que pasó por varios dueños tanto del Reino de Francia como de particulares, en sus comienzos Enrique II que lo recibiera como regalo de su padre Francisco I, se lo obsequió a su amante Diana de Poitiers, quien paso a tener el título de Duquesa de Valentinois. Diana construyó el área que hoy se encuentra sobre el río destinando allí la cocina y el recinto de los servidores.

Al morir Enrique II, la reina recuperó el castillo obligando a Diana a realizar una cesión y a cambio de ésta le entregó el Castillo de Chaumont Sur Loire.

Para ingresar a  Chenonceaux  se debe recorrer una bonita alameda de plátanos, ya dentro del edificio puede recorrerse su interior disfrutando de una decoración elegante y lujosa, formada por tapices antiguos, pinturas y muebles renacentistas.

Las habitaciones que pertenecieron a Francisco I, Diana de Poitiers y Catalina de Médicis muestran un estilo fastuoso, lo mismo ocurre con las que pertenecieron a las cinco reinas que habitaron el lugar.

En el exterior además del extenso parque se encuentran los jardines de Diana de Poitiers y de Catalina de Médicis , desde ellos tendremos una perfecta vista del castillo. Vale la pena hacer una recorrida por todo este extenso espacio arbolado visitando también, el laberinto y el huerto.

En el verano suelen montarse algunos espectáculos nocturnos llamados “En tiempo de las damas de Chenonceaux” donde se narra la interesante historia del castillo. También en esa época del año pueden hacerse un romántico paseo en barca por las tranquilas aguas del Cher.

La Abadía de Fontevraud

La Abadía de Fontevraud se encuentra ubicada  en Fontevrault-l’Abbaye , en Anjou, Francia.

Se destaca por ser uno de los edificios en su tipo de mayor tamaño en toda Europa. Desde 1840 la abadía forma parte de la lista de Monumentos Históricos y hace unos años fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Diseñada por el reformista Robert de Arbrissel con el apoyo del Papa Urbano II y la ayuda del Obispo de Poitiers, la abadía fue fundada en el año 1101.

El obispo era el líder de un movimiento religioso de carácter comunitario formado en su mayoría por mujeres, y una vez instalado en la abadía se lo consideró como el precursor del feminismo ya que entre otras muchas decisiones autorizó el hecho de poder ser reemplazado en su puesto por una abadesa. Así, y luego que Leonor de Aquitania pasara sus últimos años en ella, varias abadesas de sangre real habitaron el lugar.

Su último habitante fue Enrique II Plantagenet, quien la convirtió en una abadía real como también en el cementerio donde se encuentran enterrados todos los miembros de esa vasta dinastía, como Enrique II, Ricardo Corazón de León, Isabel de Angouleme y Leonor de Aquitania, entre otros.

Pero en 1789 todos los bienes que pertenecían al clero pasaron a ser propiedad de la nación y la abadía fue transformada en una cárcel por Napoleón I, situación que se mantuvo hasta 1963.

En la actualidad esta bella obra arquitectónica se ha transformado en un centro cultural y no alberga ninguna comunidad religiosa.

El deterioro que sufrió a lo largo de los años fue restaurado recientemente, sin embargo, su aspecto de hoy no refleja la belleza y el encanto de antaño. Las zonas que mejor se conservaron son las cocinas la sala capitular y su arquitectura tanto interior como exterior.

De todas formas, recorrer tanto su interior como sus alrededores nos llevará a esa época tan especial y podremos admirar las bellezas monacales tan distinguidas y apreciadas, sorprendiéndonos con las tumbas que se encuentran en su interior,  un paseo interesante que vale la pena realizar.

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